La música de Adriana Primavera es un viaje que a traviesa la cotidianidad de una forma que evoluciona mientras más inmersión propone. Quien realiza la proeza de escucharla, ya no llega siendo el mismo a la otra orilla. Prueba de ello es su disco Estado Natural, un inventario de vivencias que hace el papel de brújula para aquellos que desean experimentar la variedad que ofrece retratar uno de los tantas caras, más nunca diferentes, de la tradición latinoamericana.
Proveniente de una familia quetzalteca inclinada al arte, (su hermano es el Doctor Nativo), comenzó una aventura con una banda que le preparó un destino poco resonante, pero que fue la pauta para dejarse descubrir por los estilos que hoy perfecciona, como el bossa nova, chill out y sones cubanos. Estos a veces se fusionan con al hip hop y el funk, lo que da como resultado una original combinación.
Luego de estudiar pintura en la escuela Humberto Garavito, viajó a Cuba a hacer lo que más le gusta, crear música. Durante su época de estudiante de ritmos y partituras en aquel país, fundó el proyecto musical Saoko, con artistas de Israel, India, Cuba y por supuesto, Guatemala. Ella, aparte de ser la cantante guitarrista, fungió como la compositora.
«Sin duda alguna, Cuba, tiene una fuerte influencia en su música por la herencia que su padre cubano dejó en su legado, Adriana Primavera realizó una residencia de tres años en la Habana, Cuba fue la cantante principal del proyecto del pianista cubano Edmanuel Rodriguez mismo proyecto en el cual se desempeñó como cantante y compositora de las letras de dicha agrupación llamada La Resistencia, un grupo donde esta vez, participaron músicos de todas partes del mundo como Israel,Pais Vasco Venezuela y Mexico», se explica en su perfil de Soundcloud.
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Su historia en Xela es cuesta arriba, quienes la conocen no pueden negar que las pocas oportunidades de la ciudad en cuanto a la industria musical, pusieron duros retos, pero que jamás terminaron sellando las esperanzas de una vida dedica a la música. Hizo discos artesanales y cantó para programas de radio y televisión.
Hoy, vive en Tijuana, México, aunque le gusta residir a San Marcos La Laguna. En aquel hermano país ha participado en el famoso festival Vive Latino (el más importante de Latinoamérica). Actualmente se desarrolla como solista con su proyecto colectivo de músicos con los que comparte diversos formatos musicales.
