La ficción de Llosa
Para montar esta trama, Mario Vargas Llosa tuvo primero los hechos, personajes de la historia y fechas, que son la base real, por lo que los presenta sin manipularlos. En el capítulo Después se enfrenta la realidad a la ficción. Al leerlo, el lector cae en la cuenta de que el contenido del libro es una invención: novela (qué hizo Castillo Armas, qué dijo y qué pensó en los minutos previos a ser asesinado. El diálogo que sostuvo Árbenz con los militares que le pidieron la renuncia, las palabras que dijo a su mujer por teléfono inmediatamente, lo que hizo encerrado en su despacho en seguida).
Flashbacks
Viaja mucho de ida y vuelta entre el asesinato y los victimarios de Carlos Castillo Armas, apodado Caca o Cara de Hacha, y la caída de Jacobo Árbenz Guzmán. La muerte de Carlos Castillo Armas ocurre en 1957 y en la página 225. De ahí vuelve al pasado para contarnos, por fin, el hecho más importante por el que, sin duda, muchos lectores nos metimos al libro: la renuncia del presidente Jacobo Árbenz Guzmán. Es 1954, capítulo 25, con esas olas de idas y regresos.
Cartografía temporal
La obra tiene 32 capítulos, adicionalmente el Antes y el Después, y se mueve desgajando la cronología, tanto el reloj como el calendario son cortados en trozos por Mario Vargas Llosa y los distribuye en completo desorden. Por ejemplo, el capítulo I, trata de la mocedad de Martita, que transcurre en los años 40. El II salta al año 1957, donde se narran los hechos en las horas previas al asesinato de Carlos Castillo Armas. El III retrocede a la mocedad de Árbenz y la caída de Ubico. El IV va de nuevo al 57. El VII regresa al momento en que el Generalísimo Trujillo encarga a Abbes matar a Caca. El VIII retorna a la continuidad del II. El IX adelanta al exilio de Árbenz y retrocede a los años 40. El X también vuelve al II. El XI, la relación de Martita con Caca. EL XII, de vuelta al II. El XIII al año 55, hechos diversos. XIV, asesinato de Castillo Armas. XV, al II, arribo e infiltración de Abbes en Guatemala.
Ecos
La inserción de Martita pone ingredientes sazonadores a la historia con drama y sexo, al extremo de exacerbar los sentidos con palabras que llevan una carga de resonancia alta. Ejemplo, la llevan a un cuarto de hotel tras recibir ayuda para escapar, pregunta a Abbes si hay una habitación sola para ella, este, con su rudeza natural, le responde que no, y agrega a secas «Te voy a romper el culo y te voy a hacer chillar como una verraca…».
¿Por qué se llama Tiempos recios? La novela abarca dos décadas: va desde el 44 al 63, años durante los cuales hacen una piñata del Guacamolón y del país. Los militares se los jugaron en horrenda chamusca con pelota de trapo en plena calle. Primero, en 1944, el pueblo destrona al dictador Jorge Ubico, barre a Ponce Vaides y elige a Juan José Arévalo. Este concluye su mandato y entrega la banda simbólica a su sucesor, Jacobo Árbenz Guzmán. Árbenz es depuesto por la CIA, justamente en el 54, y coloca en su lugar a Castillo Armas. Caca es asesinado en el 57, ascienden a Miguel Ydígoras Fuentes, quien, a su vez, es derrocado por Enrique Peralta Azurdia en el año 63. ¡Mierda! Sufrida esta Guatemala que ha parido tantos traidores.
Y esos Tiempos recios solo son simbólicos, porque el juego sucio de los políticos ambiciosos ha sido desde siempre. Si corremos la mirada hacia atrás, Miguel Ángel Asturias nos cuenta de Manuel Estrada Cabrera, que fue presidente de 1898 a 1920, más de dos décadas, hasta que lo botaron. Luego Ubico detentó el gobierno a partir del 31.
Después, saltando esos Tiempos recios, de Vargas Llosa, hasta nuestros días, la crisis no ha parado, ha sido una tragedia que mantiene en el atraso permanente, y con las esperanzas rotas, a esta desdichada, violada, nación chapina. ¿Es, entonces, detestable la política y este sistema implantado? ¿Para qué cantamos el himno nacional?
Otras observaciones
También la forma de contar tiene su particularidad. Algunos capítulos empiezan refiriéndose a un personaje o hechos indefinidos, es el lector quien redondea la idea hasta adentrarse un poco en ellos.
El personaje plano de Abbes García, el dominicano, está bien recortado, lo mismo que el de Miss Guatemala (Martita). Abbes es, inesperadamente, el protagonista, el joker latino que mueve a compasión por el destino que le depara la vida de matón.
Tiempos recios acentúa la evidencia del poder imperial de los estadounidenses sobre Latinoamérica y el temblor de los presidentes de esta región frente a ellos.
*Fotografía principal por Rómulo Mar.
Rómulo Mar
Escritor. Fundador del canal de videos Letras en Directo y del periódico impreso El Revisor. En 2018, por acuerdo municipal del ayuntamiento de Chiquimula, fue declarado «Valor Cultural del departamento de Chiquimula». Ocho libros publicados: 2 de poesía, 2 novelas y 4 de cuentos.