Cuentan que durante los años 80´s en Xela vivió un indigente con los más dulces sentimientos; se trata de “Don Ricardo Costales” una leyenda viva de la ciudad de Xela.
Por Edson Rodríguez / DLA
Don Ricardo Costales fue un hombre de cabello largo y barba grande, con aspecto tierno y cariñoso hacia los vecinos de Xela. Vivía en las afueras de la Catedral Metropolitana de Los Altos, en donde se cubría del frío con abrigos viejos y sucios; cuentan los abuelos que nunca le hizo un mal gesto a nadie pues la dulzura de su corazón siempre destacó en su personalidad.
Raúl Izas, historiador quetzalteco, relata que para una actividad cultural de la ciudad, a don Ricardito lo bañaron y afeitaron para homenajearlo en una carroza decorada, durante el desfile sus gestos de alegría eran evidentes.
Su muerte fue una tragedia que ocurrió durante una muy fría noche en la ciudad de la luna de plata, en la que él quiso calentarse colocando veladoras a su alrededor, hasta que una de estas cayó sobre uno de los abrigos que lo cubrían provocando que muriera calcinado.
A pesar de que han transcurrido varias décadas desde su partida, don Ricardito sigue siendo un personaje recordado por el pueblo quetzalteco.