Un día como hoy en el año de 1274, fallece en Italia Tomasso d’Aquino, hoy recordado como Santo Tomás de Aquino, teólogo y filósofo considerado el mayor representante de la corriente escolástica, la cual fomentaba el razonamiento de la religión y el cristianismo.
Nació en 1225, hijo del Conde Landulf y la Condesa Teodora de Theati, lo que lo llevó a formarse en instituciones religiosas, puesto que para cualquier hijo de la nobleza italiana el camino benedictino era el destino esperado.
Después de su formación en la Escuela Dominicana de Colonia y en la Universidad de París pasó a convertirse en profesor, lo que lo involucró en el ámbito literario. París fue el escenario de la mayor parte de su carrera hasta que Tomás de Aquino decidió regresar a su natal Nápoles, en donde falleció de manera repentina a sus 49 años. Aunque algunas versiones difieren de aquella “muerte repentina” pues hubo quienes aseguraron que fue envenenado por un rey de Sicilia por motivos políticos.
Su canonización se llevó a cabo el 18 de julio de 1323 por Juan XXII y, el onceavo día de abril de 1567 fue declarado Doctor de la Iglesia por San Pío V.
En 1880 fue proclamado como patrón de las universidades y escuelas católicas.