Cuestionado por un grupo de diputados que asistió a la citación de la Comisión de Derechos Humanos del parlamento acerca de la ejecución presupuestaria, el titular de la cartera sanitaria aseguró que no era «vergonzoso», sino que había tenido «mala ejecución.»
EFE.- El ministro de Salud Pública y Asistencia Social de Guatemala, Hugo Monroy, admitió este miércoles ante el Congreso haber realizado una “mala ejecución” del presupuesto para la pandemia del COVID-19 al solo haber gastado el 2.18 % de lo asignado.
Cuestionado por un grupo de diputados que asistió a la citación de la Comisión de Derechos Humanos del parlamento acerca de la ejecución presupuestaria, el titular de la cartera sanitaria aseguró que no era “vergonzoso”, sino que había tenido “mala ejecución”, sobre todo por la supuesta “burocracia” que “se lleva un montón de pasos”.
“Más que vergonzoso es bajo (lo ejecutado del total del presupuesto). Es una mala ejecución. He hablado con los viceministros (de Salud) y les he dicho hagamos las cosas así rápidas. Cuando yo di la orden, yo mismo di la orden que se hagan las cosas como deben de hacerse. Ya di la orden de que se debe de ejecutar. Porque ustedes (diputados) nos dieron el Estado de Calamidad”, musitó Monroy.
SIN FIRMAS
Para el estado de calamidad que aprobó el Congreso a solicitud del Ejecutivo para combatir la pandemia del coronavirus SARS-CoV-2, el Ministerio de Salud cuenta con 1,164 millones de quetzales (más de 151 millones de dólares) pero únicamente ha gastado el 2.18 %.
Monroy explicó que sus viceministros no han querido firmar documentos o adquisiciones “por temor de ir a la cárcel”, por lo que él mismo se ha encargado de firmar cada decisión.
El presidente de la Comisión de DD.HH., Orlando Blanco, congresista del partido opositor Unidad Nacional de la Esperanza, preguntó a Monroy por qué no había destituido a sus subalternos que se habían negado a firmar en tiempos de la pandemia, a lo que el ministro dijo que también velaba por los derechos humanos de los funcionarios.
“Cortar la cabeza es muy fácil. Pero es cierto, no es que los defienda, pero tienen mucho trabajo también”, indicó Monroy.
A partir del fin de semana pasado, cuando siete licitaciones fueron declaradas nulas por el Ministerio de Salud para adquirir los productos de protección personal de los trabajadores sanitarios, Monroy decidió realizar compras directas, once semanas después de haberse contabilizado el primer caso de coronavirus el pasado 13 de marzo.
“Me asesoré con el ministro de Finanzas (Álvaro González Ricci) y di la orden porque no podíamos seguir en la lentitud”, dijo Monroy este miércoles.
Blanco sugirió que, visto la baja ejecución, en el Ministerio de Salud “hay colusión (pacto ilícito en daño de tercero), hay corrupción, hay negligencia. Pareciera que a propósito se caen los eventos para que ocurra lo que ocurrió el fin de semana: ponerse de acuerdo con los proveedores. En ningún contenido de ninguna ley está permitido que se reúna con los proveedores y acuerden compras”.
Tras el encuentro, Blanco solicitó la dimisión del ministro en una carta al presidente guatemalteco, Alejandro Giammattei.
CUELLO DE BOTELLA
Además de las autoridades de Salud y los congresistas, a la citación acudió la Procuraduría de los Derechos Humanos, representada por la procuradora adjunta, Claudia Maselli, y por la defensora de Salud, la epidemióloga Zulma Calderón, quienes manifestaron su preocupación por el manejo de las pruebas en el Laboratorio Nacional de Salud según una investigación de campo que realizaron.
“Encontramos una debilidad completa en cadena logística del manejo de la prueba. Graves debilidades en la toma y transporte de la prueba. No hay articulación en parte operativa de áreas hospitalarias y área de salud con el Laboratorio Nacional. Hay muestras sin nombre, sin fichas epidemiológicas y sin registros para ser procesadas”, enumeró Calderón.