Aceptar submarinos de propulsión nuclear en puertos noruegos es jugar «a la ruleta de la OTAN» con las personas y la naturaleza, alerta Greenpeace.
El puerto municipal de Tromso, un municipio de Noruega por encima del círculo polar ártico, se verá obligado a aceptar submarinos nucleares de la OTAN en contra de la voluntad de políticos locales, informa el canal noruego NRK.
Tras la venta a inversores privados de la base naval Olavsvern en Tromso, la OTAN presionó para tener otro punto de acogida a sus buques de propulsión nuclear más al norte de Haakonsvern, en Bergen, el único aprobado hoy en día en ese país escandinavo.
Las Fuerzas Armadas noruegas estiman que el atraque de esas naves en el puerto municipal de Tromso será seguro y el portavoz de su Cuartel General Operativo, Brynjar Stordal, explicó que los primeros buques tenían que llegar en la primera mitad del año, pero se retrasaron debido a la pandemia mundial de covid-19.
Este vocero explicó en una entrevista que concedió al periódico Klassekampen que recibieron «instrucciones políticas» de preparar el puerto para la recepción de esos buques y colaboraron con el municipio de Tromso para realizar esa tarea.
«La ruleta de la OTAN»
La normativa indica que Tromso debe recibir todo tipo de buques de guerra, pero el líder del grupo del Partido Laborista y presidente de la compañía municipal del puerto de este municipio, Jarle Heitmann, asegura que las autoridades locales preferirían que el lugar «no se utilizara para ese propósito».
Por su parte, el líder de Greenpeace en Noruega, Frode Pleym, afirma que aceptar submarinos de propulsión nuclear en puertos y aguas de ese país es jugar «a la ruleta de la OTAN» con las personas y la naturaleza y la decisión se debe a que el Gobierno y el Parlamento noruegos «no se atreven a decir ‘no’ a EE.UU.».
Pleym recuerda que Tromso es uno de los municipios noruegos que abogaron por que Noruega firme la prohibición nuclear y protestó tanto por la presencia de los buques de propulsión nuclear como por los que portan armas de ese tipo, una queja que «las Fuerzas Armadas y el Gobierno deben, por supuesto, escuchar».
La base Olavsvern de la OTAN tenía un muelle submarino especial, pero se cerró en 2009 y, desde entonces, se emplea como lugar para almacenar embarcaciones.