Cada mes de mayo, todos recordamos con mucho amor a nuestras madres, en el caso de la feligresía católica, se recuerda a la Virgen María.
Las actuales juntas directivas de la Hermandad de la Virgen de Soledad de la Iglesia de El Calvario, han anunciado sus actividades en honor a la Virgen de Soledad, con motivo del cuarto aniversario de consagración y su sexta velación.
Para ello han preparado una novena que se desarrollará desde el 20 al 28 de mayo. La misma se realizará a las 19:30 horas y será transmitida por el Facebook live de la hermandad.
El 29 de mayo a las 19:30 horas, con los protocolos de bioseguridad, se realizarán los turnos de velación delante de la consagrada imagen para socios y socias de la hermandad.
El domingo 30 de mayo a las 14 horas se realizará el traslado procesional intramuros de la Virgen de Soledad y a las 18 horas de ese mismo día la celebración de la eucaristía mayor de velación. Todas las actividades a puerta cerrada.
El altar preparado para el rezo de la novena preparatoria nos presenta un arte basado en la escuela altarera tradicional guatemalteca.
En el marco del Cuarto Aniversario de Consagración y Velación de la C.I. de Nuestra Señora de Soledad, se rinde un homenaje a la presencia y devoción del pueblo catolico a la Santísima Virgen.
La fe, es la virtud teologal por la que creemos en Dios y en todo lo que Él nos ha dicho y revelado.
Por fe, María acogió la palabra del Ángel y creyó en el anuncio de que sería la Madre de Dios en la obediencia de su entrega, hasta la cruz. La maternidad y el amparo de María, tienen como culmen máximo el Calvario, extendiéndose a todo el Cuerpo Místico del Señor, Jesús nos da como madre a su Madre.
Nuestra Señora de Soledad, Reina de la Fe, luce para esta ocasión un antiguo y tradicional manto morado, bordado en los talleres de Casa Central, reliquia invaluable de la Santísima Virgen.
Acompañada de Santa María Magdalena y San Juan Apóstol, quienes custodian la Santa Cruz, signo vencedor de nuestra fe.
Destaca también la virtud de la fe, coronada de gracia, y acompañada de un ángel niño que sostiene la palma del martirio, la que florece al morir como símbolo del sacrificio.