La separación entre Estado y Control sobre la Moneda es un hito histórico que se estudiará en colegios.
Hace unas semanas, El Salvador se convirtió en el primer país del mundo en elegir la libertad económica para sus ciudadanos al aceptar el Bitcoin como moneda de curso legal.
Un pequeño paso que asienta un gran precedente: la separación entre Estado y moneda del mundo. Algo que se estudiará en los libros de historia con una magnitud similar a la ruptura del Estado con la Iglesia hace 1000 años atrás.
Un rayo de esperanza para países como Argentina o Venezuela donde la emisión masiva de dinero le ha robado el presente y futuro a unos ciudadanos encarcelados en una moneda con la que otros controlan su porvenir.
Bitcoin es LIBERTAD.
Confianza en poder hacer planes a futuro sin que nadie pueda tirarlos por la borda con una decisión partidista en su propio beneficio.
A diferencia de lo que sucede con las monedas de curso legal, con Bitcoin sabes en todo momento cuánta cantidad exacta se emitirá. Puedes consultar esa información de manera pública, visible y verificable por todos.
Ahora quiero que pienses en lo que sucede con la moneda de tu país: euro, dólar o cualquier divisa de Latinoamérica.
No existe ninguna manera de que puedas controlar algo así. Todo depende de las decisiones que tomen los de arriba… y tú ya sabes quiénes pierden siempre en este juego. Literalmente, con cada nueva creación monetaria no prevista nos hacen más pobres.
Si solo existiera esta diferencia, ya sería suficiente para escoger entre una u otra moneda y construir la economía del futuro, pero todavía hay más.
Por su forma de funcionar, Bitcoin es la mejor reserva de valor del mundo. Mientras que el resto de monedas se devalúan con el paso del tiempo, esta aumenta su valor debido a su escasez.
Si no has profundizado demasiado en el Bitcoin puede que estés pensando en que constantemente se están creando y minando nuevas criptomonedas.
Pero existe una salvedad.
Para el año 2140 se habrán emitido 21 millones de bitcoins y nunca más se ampliará.
A diferencia de la posibilidad que tienen los gobiernos de imprimir de manera infinita devaluando la moneda, el Bitcoin tiene una naturaleza escasa que lo mantendrá constante al alza a la larga, inevitablemente.
Es la ley de la oferta y la demanda.
Como inversor, todo lo que te he contado hasta ahora es una revolución que tarde o temprano se impondrá de manera orgánica, por selección natural.
Pero como personas que somos antes que inversores, hay algo todavía más importante: Bitcoin te otorga el derecho de libertad de expresión monetaria.
La capacidad de expresarse de forma libre con un dinero que te convierte en el único y último soberano de tus decisiones, sin que exista ningún tipo de censura monetaria posible.
Con un ejemplo todo se ve mejor.
Cuando hace unos años se desató el escándalo de Wikileaks, Estados Unidos vetó cualquier tipo de donación a Julian Assange; salvo con aquel dinero que ni siquiera el país más poderoso del mundo es capaz de influir: Bitcoin.
Un grupo de personas con traje y mucho poder había decidido en una sala de un país del mundo en qué podías y qué no podías hacer con tu dinero. ¿Tiene algún sentido?
Bitcoin es un soplo de LIBERTAD con mayúsculas a un mundo con cada vez más restricciones en el que ahora tú tienes el poder de decisión.
*El autor es Inversor Diversificador y fundador del Máster de Inversores.