Científicos de China y EE.UU. han calculado que la pandemia de covid-19 generó unos 8,4 millones de toneladas extra de desperdicios de plástico, originados en forma de material de hospitales, elementos de protección —como mascarillas, guantes y protectores faciales— y compras realizadas por Internet. Según advierten en su estudio, publicado por Proceedings of the National Academy of Sciences, buena parte de ese material terminó en el mar y acabará llegando a las playas y zonas costeras dentro de algunos años.
Según los especialistas de la Universidad Nanjing (China) y del Instituto Scripps de Oceanografía (EE.UU.), esta situación «plantea un problema duradero para el medioambiente oceánico», por lo que instan a realizar un «mejor manejo de los residuos médicos en los epicentros de la pandemia, especialmente en los países desarrollados».
Según sus cálculos, el año pasado cerca de 1.560 millones de mascarillas acabaron en los mares, lo que también aumentó las amenazas para los animales, que se comen el plástico o quedan atrapados en él.
Otro elemento que generó un exceso de plástico es el aumento «a una velocidad sin precedentes» de las ventas por Internet, debido a los embalajes de los productos. Su mala gestión hizo que buena parte de ellos terminaran en los ríos que desembocan en el océano.
Cómo lo calcularon
Para estimar la cantidad extra de plástico generado por la pandemia, los investigadores tuvieron en cuenta una variedad de datos, como estadísticas de población, la producción de máscaras, los casos de coronavirus, los testeos, las hospitalizaciones y los reportes financieros de compañías líderes de comercio electrónico.
De esa forma, calcularon que, para finales de agosto de este año, 193 países habían generado unos 8,4 millones de toneladas de residuos plásticos relacionados con la pandemia. El 87,4 % de ellos fue generado por los hospitales, mientras que los equipos de protección personal utilizados por la sociedad representaron el 7,6 % del total y las compras por Internet produjeron el 4,7 %. Por su parte, los kits de testeo solo derivaron en un 0,3 % de la totalidad de los residuos.
Además, detallaron que el continente que más desperdicios produjo fue Asia, con cerca del 46 %, seguido de Europa (24 %) y del continente americano (22 %).
«Las mayores fuentes de exceso de residuos fueron los hospitales en áreas que ya luchaban con la gestión de residuos antes de la pandemia», explica Amina Schartup, profesora asistente en el Instituto Scripps. «Simplemente no fueron configurados para manejar una situación en la que tienes más desperdicio», añadió.
En medio de este panorama, los especialistas proyectaron que para fines de este año, el exceso de desperdicios de plástico generado será de 11 millones de toneladas, de las que 34.000 toneladas serán arrastradas por los ríos hacia el océano.
Peligro para el Ártico
Los especialistas también investigaron cuál sería el destino final del plástico y señalaron que dentro de tres años la mayoría acabará en las playas y zonas costeras.
Además, advirtieron que buena parte de ellos llegará al océano Ártico. «El ecosistema ártico es considerado particularmente vulnerable debido al duro medioambiente y a la alta sensibilidad al cambio climático, lo que hace que el impacto ecológico potencial de la exposición a los plásticos árticos acumulados sea de especial preocupación», concluyen.