Con la finalización de las restricciones impuestas por la pandemia del Covid 19, se ha vuelto prácticamente a la normalidad, pero esta ha traído un incremento de la violencia y de la criminalidad en todo el territorio nacional, hoy me quiero referir a las riñas tumultuarias que en muchos casos generan una violencia incontrolable en los jóvenes, y que pueden llegar a causar graves lesiones en otras personas, acciones de violencia que requieren la intervención de la Policía Nacional Civil, toda esta violencia reprimida en los jóvenes pareciera ser producto del confinamiento y de la falta de interacción social durante 2 años de pandemia del Covid19, lo que ha provocado especialmente en los jóvenes reacciones incontroladas de violencia, y si a esto le sumamos alcohol y drogas y el actuar en grupo el resultado es explosivo ya que, a la menor provocación, estos reaccionan de manera violenta, buscando cualquier excusa, para iniciar una pelea en la que paran implicados grupo de jóvenes, riñas que se producen normalmente en altas horas de la noche y a la salida de bares o discotecas.
Desgraciadamente hay países en que la violencia forma parte del día a día en todo el territorio nacional, Guatemala es uno de estos, estas riñas tumultuarias que se producen de manera constante en muchos lugares de nuestro país y que hemos visto a través de la televisión o las redes sociales, solo demuestran los altos niveles de violencia con los que actúan los jóvenes en la actualidad; gracias a la tecnología se ha podido grabar en circuitos cerrados de Tv o a través de celulares de algunos de los presentes estos hechos, así como captar con exactitud, precisión y de manera instantánea los momentos más críticos de cualquier riña, videos que normalmente son subidos a las redes sociales y se viralizan de manera inmediata en la sociedad, causando inseguridad en la población y preocupación en los cuerpos de seguridad pública.
Estos hechos nos deberían de obligar a reforzar la educación, empezando en casa, enseñando a los niños que las peleas deben ser el último recurso de defensa, que es preferible dar la vuelta e irse ante las provocaciones; que a través del diálogo hay que intentar calmar los ánimos cuando estos se encienden y recordar que cualquiera puede ir a prisión y pasar muchos años en la cárcel por lesiones en riña tumultuaria; es necesaria la educación de principios y valores tanto en la familia como en las escuelas y por ultimo canalizar todo esa energía negativa en el deporte; las riñas tumultuarias se han vuelto repetitivas en cualquier zona o departamento de nuestro país, por lo que es necesario que tanto la Policía Nacional Civil, como las policías municipales unifiquen esfuerzos y coordinen el trabajo de prevención para contenerlas, estas riñas podrían tener como consecuencia, cuando menos sintamos, la muerte de algún joven.
Canalizar toda esta energía negativa en positiva es parte de lo que los mismos jóvenes deben lograr, corresponde también a los padres impulsar el deporte como un mecanismo de cambio de actitud en los jóvenes ya que el practicar un deporte tiene beneficios no solo físicos, se desarrolla la responsabilidad, la perseverancia, la metodología, la solidaridad, el trabajo en equipo y otros beneficios que le permitirán al joven crecer como ser humano útil a la sociedad; además, al practicar un deporte se ponen en práctica principios y valores que debieran haber sido transmitidos por la familia, la escuela o la Iglesia.
GUATEMALA NECESITA DE SUS MEJORES HOMBRES Y MUJERES.
