Científicos de la Universidad de Manchester han creado un método para detectar la enfermedad de Parkinson, dicho método se desarrolla mediante una prueba simple que analiza la grasa de la piel con espectrometría de masas.
El estudio fue publicado en el Journal, medio informativo de la Sociedad Estadounidense de Química, en el mismo se encontró que hay que lípidos alto peso molecular, estos son sustancialmente más activos en los pacientes de Parkinson.
Mediante la utilización de hisopos que toman las muestras en la parte posterior del cuello, logran identificar los compuestos presentes en la piel, logrando aislar el compuesto que puede ayudar a diagnosticar el Parkinson.
El estudio fue posible gracias a la ayuda de una enfermera de Escocia, Joy Milne, ella descubrió que gracias a una patología que padece, puede “oler el Parkinson”, logrando así distinguir individuos que sufren la enfermedad a partir de su aroma corporal antes de que se presenten los síntomas clínicos.
Joy tiene hiperosmia hereditaria, esto le produce mayor sensibilidad a los olores. El Parkinson desarrolla un aroma instintivo, mismo que se acumula en la espalda del paciente. Milne de 72 años, notó que su finado esposo, desarrolló un aroma diferente cuando tenía 33 años, 12 años antes de que aparecieran los síntomas de Parkinson.
La entonces enfermera descubrió que su esposo tenía un aroma “almizclado” muy diferente al normal. Años más tarde la Universidad de Manchester ha logrado desarrollar avances de la prueba que puede identificar a las personas con Parkinson utilizando una muestra de la grasa de la parte posterior del cuello.
La grasa es una secreción aceitosa de las glándulas sebáceas debajo de la piel, las mismas están conectadas con el sistema endocrino. Los investigadores descubrieron que se puede utilizar como biofluido de diagnóstico, ya que es rico en metabolitos endógenos hidrofóbicos. La producción alterada de éste es una característica muy conocida del Parkinson.
Al describir la nueva técnica, Depanjan Sarkar, del grupo de trabajo del estudio, destacó: “La grasa se traslada al papel de filtro del hisopo de muestreo, y luego lo cortamos en un triángulo, agregamos una gota de solvente, aplicamos un voltaje y esto transfiere los compuestos de la grasa al espectrómetro de masas. Cuando hacemos esto, encontramos más de 4 mil compuestos únicos, de los cuales 500 son diferentes entre los pacientes de Parkinson en comparación con los participantes de control”.
El equipo ve ahora esto como un gran paso hacia un método clínico para el diagnóstico confirmatorio del mal, pues hasta la fecha no hay una prueba de evaluación basada en biomarcadores.