Los residentes de Quetzaltenango están encantados con la nueva tendencia en decoración: vivir a la luz de las velas. ¿El motivo? Los constantes cortes de energía eléctrica que convierten a la ciudad en un escenario perfecto para una noche romántica… o un desafío para la supervivencia, según se mire.
Desde hace años, los vecinos de Xela han aprendido a convivir con los cortes de energía eléctrica, que se han convertido en una parte tan integral de la vida diaria como el café por la mañana. «No hay luz», «Se fue la energía eléctrica», son frases que resuenan en cada hogar, seguidas por el sonido reconfortante de los vecinos encendiendo velas y buscando linternas en medio de la oscuridad.
Pero no todos los residentes disfrutan de este estilo de vida de antaño. Para algunos, los cortes de energía eléctrica significan daños en electrodomésticos y gastos adicionales en generadores de energía. Aunque, según las autoridades locales, se está haciendo todo lo posible para resolver el problema de una red eléctrica obsoleta y saturada, algunos se preguntan si no sería más fácil volver al método de transporte de caballos y carretas mientras tanto.
Ayer, justo antes de la gran celebración por los 500 años de fundación de la ciudad, Quetzaltenango se sumió en la oscuridad, una premonición de la fiesta que estaba por venir. Y mientras algunos estudios sugieren áreas específicas que necesitan mayor atención, como Avenida las Américas o las Rosas, otros se preguntan si no sería más sencillo repartir velas en todas las esquinas y declarar oficialmente a Quetzaltenango como la capital de la iluminación a la luz de las velas.
En definitiva, Quetzaltenango se erige como un ejemplo de resiliencia y adaptabilidad, donde la luz eléctrica puede ser un lujo ocasional, pero la calidez de la comunidad y la creatividad para lidiar con los inconvenientes son una constante.