LA SERPIENTE EMPLUMADA Y LA CANÍCULA: UNA LEYENDA MAYA
La canícula, el intenso período de calor que se experimenta anualmente, tiene profundas raíces en la mitología maya, ligada a la legendaria figura de Kaan Iik’ Kúul.
Todos los grupos mayas coinciden en que la canícula está relacionada con Kaan, la serpiente emplumada que habita tanto en el océano como en el cielo, reflejada en las constelaciones. Esta serpiente, también conocida como ts’áab, la sonaja de la culebra de cascabel, es protagonista de una fascinante leyenda.
Según la tradición, Kaan Iik’ Kúul proviene de la unión de Kaan (culebra), iik’ (viento) y kúul o kulaj (sentado). La historia cuenta que, ante la negativa de los dioses a engendrar con los humanos, una princesa obligó a uno de ellos a tener relaciones con ella, resultando en un embarazo. Sin embargo, al dar a luz, en lugar de un ser humano, nació una criatura con las características de una serpiente de cascabel.
La princesa tuvo más hijos con humanos, quienes reconocieron a su hermano serpiente, manteniéndolo encerrado en una bóveda. Con el tiempo, el ser creció, desarrollando cuernos y alas, y finalmente pidió su libertad. Sus hermanos abrieron la bóveda y, con asombro, vieron cómo la serpiente alzó el vuelo, siendo guiada por enormes pájaros hacia el mar. Allí, en las profundidades del océano, fue encerrada, permitiéndosele salir solo una vez al año.
Cuando Kaan Iik’ Kúul emerge, su movimiento provoca un desajuste en la tierra, manifestándose en efectos solares que generan un intenso calor, la proliferación de insectos dañinos para la milpa y la aparición de parásitos que causan vómitos y diarreas. Este fenómeno, conocido en la península como el desajuste del cirro, también coincide con el alineamiento de la estrella Sirio, marcando el inicio del Año Nuevo Maya.
La leyenda de Kaan Iik’ Kúul y su relación con la canícula no solo explica los fenómenos naturales observados durante este período, sino que también resalta la rica mitología y cosmovisión de la cultura maya.