Con una trepidante remontada, la australiana Kaylee McKeown retuvo este martes el oro de los 100 metros dorso, en la que batió el récord olímpico. McKeown completó la primera mitad de la prueba en cuarta posición, pero fue la primera en tocar la pared con una marca de 57.33 segundos.
Por detrás llegó su gran rival, la estadunidense Regan Smith (57.66), la vigente plusmarquista mundial. La también norteamericana Katharine Berkoff (57.98) completó el primer podio de las tres finales de natación de este martes.
McKeown, de 23 años, batió su propio récord olímpico, que fijó en 57.47 en Tokio 2020, y se consolida como la mejor nadadora en dorso de la historia reciente.
En Tokio 2020 fue capaz de atrapar los dos oros en los 100 y 200 metros y en el Mundial de Fukuoka en 2023 llegó a hacer el triplete sumando el título de los 50 m. Todas dentro del mismo estilo.
Pero la reciente progresión de Smith, de 22 años, llevó a ambas a extender los límites de esta especialidad, turnándose para batir los últimos cuatro récords mundiales. La nadadora de Minnesota se presentaba como una enorme amenaza para la australiana tras apropiarse de la plusmarca apenas en junio.
El choque entre Smith y McKeown, que continuará en los 200 metros dorso, encarna también la batalla entre la hegemónica Estados Unidos y la emergente Australia por el triunfo de la natación de París.
Hasta el momento Australia lidera la tabla de la piscina del pabellón de la Défense con cuatro oros y tres platas.
La segunda final del martes también vio cómo caía otra marca olímpica con el triunfo del irlandés Daniel Wiffen en los 800 metros libres.
El vigente campeón mundial marcó un crono de 7 minutos y 38.19 segundos que dejó anticuada la marca de 7:41.28 del ucranio Mykhailo Romanchuk en Tokio 2020.
El estadunidense Bobby Finke, el defensor del título, fue plata a 0.56s de Wiffen y el italiano Gregorio Paltrinieri se colgó el bronce.