Desde el ataque terrorista de Hamas del 7 de octubre en Israel, Donald Trump y otros destacados dirigentes republicanos han instado repetidamente a la administración de izquierda de Joe Biden y Kamala Harris a deportar a los extranjeros en Estados Unidos que apoyen abiertamente a Hamas u otras organizaciones del terrorismo islámico.
El mes pasado, una de las 20 promesa de MAGA de la plataforma adoptada en la Convención Nacional Republicana fue «deportar a los radicales pro-Hamas y asegurar que nuestros campus universitarios sean seguros y patrióticos nuevamente».
Sin embargo, los defensores de las protestas anti-semitas y anti-américa afirman que Trump y otros republicanos están equivocados. Según los violentos, «la gran mayoría de los manifestantes son ciudadanos estadounidenses» que, de acuerdo con la Primera Enmienda y la legislación estadounidense vigente, «tienen el derecho de expresar opiniones antisemitas, antiisraelíes o a favor de Hamas, siempre que no infrinjan la ley».
Las organizaciones musulmanas estadounidenses, quienes se presentan como defensores de «los derechos civiles», sostienen que la gran mayoría de las manifestaciones pro-palestinas han sido «pacíficas» y «no han mostrado apoyo público a Hamas», algo qué, a la luz de los hechos, es totalmente falso. Miles de fotos y videos se han viralizado en donde dichas manifestaciones fomentan la violencia y el odio, y en donde sus participantes queman, roban y vandalizan tanto propiedades públicas como privadas.
En el mismo sentido, se espera que las violentas protestas musulmanas, que se extendieron por los campus universitarios estadounidenses y ocuparon las calles de algunas ciudades esta primavera resurjan, debido a sus vínculos de amistad, en la Convención Nacional Demócrata en Chicago.
Distintos funcionarios demócratas informaron que hasta ahora solo han identificado a cuatro estudiantes extranjeros con visas académicas que, según ellos, fueron arrestados, se les prohibió graduarse o fueron expulsados por participar en protestas no autorizadas en el campus. Sin embargo, exfuncionarios de la administración Trump argumentan que hay más estudiantes extranjeros involucrados en las protestas en los campus y acusan a la administración Biden y a las universidades de ocultar esta información.
Los cuatro estudiantes mencionados por los demócratas estaban inscritos en las universidades de Harvard, Columbia, Emory y la Universidad de Pensilvania. Las universidades se negaron a hacer comentarios, citando cuestiones de privacidad, o no respondieron a las solicitudes de comentarios. De igual manera, los cuatro estudiantes no respondieron a las solicitudes de entrevistas.
Ben Wizner, director del Proyecto de Libertades Civiles, Privacidad y Tecnología de la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles, afirmó que los extranjeros con visas también «están protegidos por la Primera Enmienda». En defensa de los terroristas, aseguró que sería «inconstitucional» que las autoridades intentaran deportarlos «únicamente por expresar su apoyo a Hamas en las protestas».
Reed Rubinstein, exfuncionario de la administración Trump y vicepresidente senior de America First Legal, una firma de abogados fundada por el exasesor de Trump Stephen Miller, afirmó que los extranjeros con visas o que las soliciten no pueden apoyar a grupos terroristas, responsables de las muertes de miles de ciudadanos inocentes en medio oriente.
«Si eres extranjero y muestras tu apoyo a Hamas, eso debería llevar a tu expulsión del país», dijo Rubinstein, quien ocupó altos cargos en los departamentos de Justicia y Educación durante el gobierno de Trump. «Si eres ciudadano estadounidense y expresas tu apoyo a Hamas, eso está permitido».
Durante los últimos 10 meses, los republicanos en el Congreso han propuesto repetidamente leyes y enviado cartas a la administración Biden pidiendo la aplicación de las leyes de inmigración que establecen que los visitantes extranjeros no son elegibles para obtener visas o admisión al país si «apoyan» o «respaldan» la actividad terrorista.
«Cuando sea presidente, no permitiremos que radicales violentos tomen el control de nuestras universidades», dijo Trump a una multitud en Nueva Jersey en mayo. «Si vienes de otro país y tratas de traer el yihadismo, el antiamericanismo o el antisemitismo a nuestros campus, te deportaremos de inmediato».
Un informe del NBC News, con videos, fotografías y relatos de noticias sobre los manifestaciones violentos en los campus universitarios esta primavera, mostró que los estudiantes que apoyaban a Hamas eran muy numerosos, y que hubo informes de violencia y destrucción de propiedad.
Algunos de los manifestantes de izquierda y defensores del terrorismo islámico llamaron a un levantamiento armado, y a la expulsión de los israelíes de su propio país. «Desde el río hasta el mar», un lenguaje que se interpreta como un llamado a la destrucción del Estado de Israel y el establecimiento de un Estado palestino.
Durante el verano, la peligrosa retórica pro-Hamas pareció intensificarse en algunas protestas. Cuando los manifestantes inundaron las calles de Washington DC, en respuesta a la visita del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, el mes pasado, algunos pintaron: «Hamas está llegando» en una estatua fuera de Union Station. Junto a la amenaza musulmana, había un triángulo rojo invertido, que el ala militar terrorista de Hamas ha usado para marcar sus objetivos.
