Putin propuso una nueva moneda para los países de los BRICS que ‘reemplace al dólar’. Brasil e India temen que el bloque, en expansión, se incline demasiado hacia China y adopte una postura antioccidental.
Vladímir Putin inauguró la cumbre ampliada de los BRICS con un llamado a crear un sistema alternativo de pagos internacionales que impida a Estados Unidos usar el dólar como «arma política». Sin embargo, el comunicado de la cumbre señaló que hubo pocos avances en el desarrollo de un sistema de pagos diferente.
Durante su intervención en la cumbre realizada en Kazán, Rusia, Putin expresó: «El dólar se emplea como un arma. Esto es algo que vemos claramente. Creo que quienes lo hacen están cometiendo un grave error». Añadió que casi el 95% del comercio entre Rusia y China ya se realiza en rublos y yuanes.
La decisión de desdolarizar la economía mundial generó preocupación en algunos miembros de los BRICS, como Brasil e India, que temen que el bloque, en expansión, se incline demasiado hacia China y adopte una postura antioccidental.
La propuesta de desdolarización parece ser la iniciativa más concreta que podría surgir de esta cumbre, la cual representó para Putin su mayor plataforma internacional desde la invasión a Ucrania en febrero de 2022.
Al evento asisten los nueve miembros de los BRICS, incluidos el primer ministro indio, Narendra Modi, el dictador chino, Xi Jinping, y el presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa.
El secretario general de la ONU, António Guterres, también llegó el lunes, siendo criticado por Ucrania por reunirse con un líder ruso contra el cual el Tribunal Penal Internacional emitió una orden de arresto debido a la «deportación y el traslado ilegal de niños ucranianos de las zonas ocupadas de Ucrania a la Federación Rusa.»
El vocero de Guterres afirmó que no cambiará sus posturas de siempre sobre la ilegalidad de la invasión rusa, y que lo dejará claro tanto en sus declaraciones públicas como privadas. Añadió que existen «disposiciones especiales» que permiten al secretario general reunirse con líderes mundiales bajo órdenes de arresto.
Modi fue el líder que se expresó de manera más clara sobre su deseo de paz en Ucrania, mientras que Xi Jinping discutió el conflicto en una reunión privada con Putin. Putin, por su parte, reiteró que Rusia no devolverá las cuatro regiones del este de Ucrania que ahora considera parte de su territorio.
«El objetivo de la cumbre de los BRICS, que Rusia esperaba utilizar para dividir al mundo, ha demostrado nuevamente que la mayoría de las naciones sigue apoyando a Ucrania en su lucha por lograr una paz justa y duradera», dijo el Ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania en un comunicado.
El futuro tamaño y propósito de los BRICS también fue motivo de debate, con Putin señalando que sería un error ignorar el interés creciente de los países del sur global por unirse al grupo y mantenerlo relevante.
Brasil, junto con India, buscó evitar que los BRICS, que se ampliaron de cinco a nueve miembros en la cumbre del año pasado en Sudáfrica, se conviertan simplemente en una alianza antioccidental que respalde a Rusia y China.
El dictador brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, dijo en una videoconferencia: «Muchos buscan dividir al mundo entre amigos y enemigos, pero los más vulnerables no están interesados en estas dicotomías simplistas; lo que necesitan es abundante comida, empleos dignos, así como escuelas y hospitales públicos de calidad y de acceso universal».
La admisión de nuevos países fue acordada solo después de que Brasil vetara exitosamente a Venezuela. Los nuevos miembros, que presentan una diversidad geográfica y política, incluyen a Cuba, Bolivia, Tailandia, Vietnam, Malasia, Indonesia, Bielorrusia, Turquía, Nigeria, Uganda, Kazajstán y Uzbekistán. La asistencia de Turquía, un país miembro de la OTAN, generó ciertas dudas.
Agathe Demarais, experta en sanciones del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, afirmó: «Por el momento, es difícil imaginar un desarrollo y adopción global de las herramientas financieras de los BRICS».
«El dominio del dólar estadounidense en el sistema monetario global está profundamente arraigado, tanto en transacciones comerciales como en reservas de divisas; más del 80% del comercio global se factura en dólares, que también representan casi el 60% de las reservas de los bancos centrales», concluyó.
