Guatemala ha finalizado oficialmente el proceso electoral en el que resultó electo como Presidente el Doctor Bernardo Arévalo, pero el país se encuentra sumido en una polarización y fragmentación política sin precedente, así como en una incertidumbre económica y arrastrando una deuda social muy grande, además, todavía se tienen resabios que superar del golpe económico y social que nos infringió el COVID-19, y que sumió a nuestro país en su peor crisis, incrementando el número de pobres, y quebrando económicamente a micro, pequeñas y medianas empresas que no contaron con los recursos suficientes para hacer frente a la encerrona de la pandemia.
El Doctor en Ciencias Políticas, Sociólogo y Periodista Manuel Alcántara Sáenz, ha escrito en reiteradas ocasiones acerca de las “Sociedades Cansadas y Democracias Fatigadas” de las que Guatemala resulta ser un buen ejemplo, nuestro país ha iniciado esta nueva década muy debilitado, tanto en el ámbito político-institucional, en el económico, a lo que hay que sumarle el déficit social histórico y la confrontación producto de la aceptación o no del resultado del último proceso electoral, factores que complican una salida rápida de esta crisis y sobre todo dificultan la estabilidad del país.
Esta crisis, sin lugar a dudas, aumentó la polarización y la fragmentación política, a la que hay que sumarle el malestar ciudadano que se traduce en desconfianza y animadversión a la democracia como sistema político y forma de vida, derivado de la poca atención de los distintos gobiernos a las clases más necesitadas y a la clase media, agregado a esto se tienen altos niveles de corrupción en el Estado, por lo que, vuelvo a enumerar los problemas que aquejan a la sociedad actualmente, siendo estos: resabios de la pandemia, la crisis política, el deterioro social y económico que afectó a un grueso de la población y a la clase media en especial, lo que provocó consecuencias políticas directas, manifestadas en protestas que se tradujeron en plantones y bloqueos de carreteras y arterias principales de las diferentes ciudades, hechos que causaron grandes pérdidas a la micro, pequeña y mediana empresa.
Por lo que se considera que el nuevo gobierno tendrá muchos retos que enfrentar pero, principalmente, el reto de cambiar el modelo de desarrollo para que las oportunidades lleguen a todos los sectores del país, pero de igual manera, hay que tomar en consideración que el entorno político está marcado por la polarización y la fragmentación, lo que también se conoce como “síndrome de casa dividida,” factores que se convierten en los principales obstáculos para optimizar el desarrollo y lograr una convivencia pacífica, lo que al final también reduce el margen de acción al gobierno central para impulsar reformas de fondo y garantizar la gobernabilidad y estabilidad en el país, de allí la importancia de las negociaciones en la búsqueda de consensos y acuerdos políticos para enfrentar estos retos.
Ante la inexistencia de fuertes contrapesos institucionales esta crisis se agrava, ¿Qué necesitamos para contenerla? Un Organismo Judicial fuerte, objetivo y trasparente; un Organismo Legislativo transparente y eficiente; un Organismo Ejecutivo eficiente, eficaz y transparente ¿Pero ¿qué es lo que hoy tenemos? Un Estado débil, a lo que le sumamos un sistema de partidos políticos desestructurado, sin credibilidad y baja legitimidad, agrupando a una clase política que actúa a espaldas de la población, velando más por sus intereses personales que por los intereses de la Nación. De no encontrarse a esta crisis una salida, tendremos, posiblemente en el corto plazo, protestas masivas y la posibilidad de estallidos sociales incontrolados, que generarán una crisis de ingobernabilidad que, sin lugar a duda, abrirá paso a una mayor confrontación y división de la sociedad.
AL RESCATE DE GUATEMALA.
GUATEMALA NECESITA DE SUS MEJORES HOMBRES Y MUJERES.