La historia de Guatemala presenta diversos momentos interesantes para el análisis sociológico. A lo largo de la historia del país, iniciando desde los primeros meses de 1524, la población se ha visto envuelta en una constante tormenta de idas y venidas, de establecimientos dictatoriales y de una continua evolución.
Al analizar detalladamente estos tiempos, Guatemala tiene la particularidad de contar con tres grandes momentos gubernamentales caudillistas, la época conservadora con Rafael Carrera, las dos décadas de Estrada Cabrera, y el periodo Ubiquista.
En 1944 Guatemala se encontraba gobernada por el General Jorge Ubico, quien renunció a mediados de aquel año, dando paso a los 108 días de gobierno del intento fallido de dictador, Federico Ponce Vaides.
Aquel octubre histórico vería el levantamiento del último gran líder altense que guiaría a la nación. En la historia de Guatemala han existido tres presidentes quetzaltecos, cada uno con sus particularidades, pero Jacobo Arbenz es un caso especial.
Quetzaltenango ha caído en un gran vacío de liderazgo, por eso Árbenz representa para la ciudad altense, la consumación del ideal quetzalteco, aquella lucha que se pelea a muerte y sin embargo se pierde.
Nacido en Quetzaltenango un 14 de septiembre de 1913, hijo de Hans Jakob Árbenz y Octavia Guzmán, la ciudad de Quetzaltenango contempló el nacimiento de su último gran caudillo aquella fecha.
Jacobo estudió en el Colegio Alemán propiedad de María Bennett de Roltz. Desde pequeño era un gran idealista, pensando estudiar economía o ser ingeniero, contempló el primer sueño truncado de su vida, pues su familia no podía apoyarle en aquella empresa.
Sin embargo una beca de estudios para los cadetes militares le abrió la posibilidad de estudiar en la Escuela Politécnica a donde ingreso en 1932, llegando a destacar y ser un estudiante excepcional. Árbenz se graduó en 1935.
En 1938 conoció a María Cristina Vilanova, salvadoreña; ella sería el gran amor de Jacobo Árbenz, después de un año de noviazgo, se casaron en 1939, él tenía 26 años y ella 24. De este matrimonio nacieron tres hijos: Arabella, Leonora y Jacobo. En 1943 fue ascendido al grado de capitán y paso a comandar la Compañía de Caballeros Cadetes.
Fue así como Árbenz llegaba al año de 1944, participando en la Revolución del 20 de octubre, convirtiéndose en parte de la junta de gobierno instaurada después de la renuncia de Ponce Vaides.
Para Carlos Sabino “(…) la figura del capitán Árbenz quien, con apenas treinta y dos años, resultaba el más joven del equipo. Jacobo Árbenz Guzmán, oriundo de Quetzaltenango, era un oficial más bien taciturno, de pocas palabras pero que había tenido un brillante desempeño en la Escuela Politécnica, idealista aunque con poca formación humanística, que se había casado con una joven más educada e inquieta –la salvadoreña María Vilanova- y que, de algún modo, respondía en aquellos momentos al influjo político del ciudadano Toriello”.
El triunvirato revolucionario fue el escalón definitivo que llevó a Árbenz al plano del poder nacional, convirtiéndolo en una figura importante para la historia del país. De los tres miembros de la junta revolucionaria, sería el único en ser presidente.
La Junta de Gobierno instaló una Asamblea Nacional Constituyente, la cual produjo la constitución de 1945. Además convocaron a elecciones, mismas que ganó con amplia mayoría el doctor Juan José Arévalo.
Arbenz fue nombrado Ministro de la Defensa en el nuevo Gobierno, además de ser miembro del Concejo Superior de la Defensa, compartiendo el poder del ejercito con el Coronel Arana.
La situación de Árbenz en el gobierno de Arévalo fue una lucha para poder ser reconocido como heredero de la revolución y por ende, luchar por la presidencia de la nación. Situación que tuvo una batalla política interesante y sangrienta. Al final el altense fue elegido presidente. Pero su historia vivió un punto de inflexión.
Sin embargo deseo detenerme en un momento crucial y a la vez punto de inflexión para Guatemala. El 27 de junio de 1954. La renuncia del presidente Arbenz Guzmán.
- El gobierno de Jorge Ubico fue el primer gobierno presidencial que se dejó sentir en el interior del país con mucha fuerza. Sus constantes visitas, sus primeras acciones y su marcada cero tolerancia contra el crimen, son los recuerdos que los guatemaltecos aún tienen de él. Electo presidente en 1931 y después ganador de dos elecciones, la intención de un cuarto periodo presidencial fue el detonante para los sucesos de junio de 1944. Su obra faraónica qué incluye desde el mejoramiento de la red vial, la disciplina educativa, el menor gasto estatal posible y las constantes visitas al interior de la República marcaron una forma de gobernar en Guatemala, convirtiendo al presidente ya no solo en una figura de la zona 1 capitalina, si no en un verdadero caudillo que sabía todo lo que pasaba en su país. Ubico guió al país en el momento más crítico del gran crack económico que afectó a los Estados Unidos y por ende a la economía global. No es de extrañar que se reeligiera en un periodo en donde los Estados Unidos tenía a Roosevelt gobernando por cuatro periodos, aunque no los haya finalizado por su muerte. Durante el gobierno Ubiquista el mundo se encontraba en guerra, entre los aliados y los países del eje. A pesar de todas las situaciones externas, Guatemala se encaminó de forma ordenada y paulatina hacía una etapa contemporánea en donde el país conviviría con el resto del mundo, y sufriría las consecuencias de la guerra fría. Al renunciar Ubico en junio de 1944, terminaría una etapa marcada por el creciente desarrollo económico y la estabilidad de seguridad y empleo en el país. Su reemplazo fue una junta de generales, misma que sería retirada por el general Ponce Vaides.
- La revolución del 20 de octubre de 1944 fue un movimiento social que depuso del cargo al general Ponce Vaides, mismo que en un intento fallido de perpetuarse en el poder, se convirtió en una burla de dictador. Respecto a la revolución como momento histórico se debe mencionar que fue un momento trascendental en la historia de la nación, aunque socialmente no tenía profundidad, no tenía identidad y por tanto no caló lo suficiente en la psiquis del pueblo. Se pasa por alto en la educación gubernamental y en los análisis la importancia que tuvo el triunvirato, convocando a elecciones, a una asamblea nacional constituyente y entregando el poder al doctor Arévalo, personaje que es el gran caudillista del movimiento. La revolución de octubre fue un cuartelazo que se vivió únicamente en la capital del país, es quizás esta una de las razones primordiales en la nula defensa del movimiento revolucionario al gobierno de Arbenz.
- El gobierno de Arévalo es el símbolo de la revolución del 44, ya que con él se consiguen los grandes avances y logros de la misma. Al igual que Ubico, Arévalo se posiciona como un líder nacional, sin embargo su parcialidad hacía el joven coronel Arbenz provoca los problemas que desembocan con la muerte de Arana.
El día de la soledad
La renuncia de Arbenz se dio el 27 de junio de 1954, después de un largo proceso de desgaste provocado por la United Fruit Company, en alianza con la iglesia católica de Guatemala y los militares descontentos gracias a la muerte del coronel Arana durante el gobierno de Arévalo.
La gota que derramó el vaso fue la reforma agraria, misma que podría considerarse como la sentencia de muerte para el gobierno de Arbenz. Al llegar el 27 de junio, el coronel se vio solo con su primera dama y su alero de confianza, Manuel Fortuny, líder del partido comunista. El pueblo dejó solo al coronel que fue tachado y marcado de comunista, por sus marcadas reformas de carácter social.
Los partidos de tendencia izquierdista abandonaron la nave y no pelearon, sin embargo la mayoría de los autores que estudian el momento, mencionan que en Guatemala aún domina el pensamiento conservador, la sentencia de Arbenz fue su conflicto con la iglesia católica, ya que al contrario de su predecesor, estuvo en constante choque.
Arbenz toma la decisión de renunciar al verse acorralado en un impase, buscando, en opinión personal, evitar el conflicto armado por defender el gobierno legalmente impuesto, ya que en sus últimos días como presidente, la municipalidad de Quetzaltenango le pide se traslade él y su despacho a su ciudad natal, ya que los pobladores de Quetzaltenango lo defenderían a muerte.
Quizás ese telegrama marca a Arbenz y provoca su renuncia sin una mayor resistencia, la posterior ascensión de Castillo Armas, su asesinato y luego, el permiso para que tropas estadounidenses entrenen a los rebeldes de Bahía de Cochinos en la costa sur chapina. Provocando el 13 de noviembre de 1960 el inicio del conflicto armado.
Arbenz fue quizás en ese momento visionario y quiso evitar un derramamiento de sangre en su gobierno. Se encontró solo ante el mundo y tomó una decisión que marco al país, pues su dimisión iniciaría los gobiernos militares hasta 1986.