La elección de las cortes en Guatemala es un proceso clave para la estabilidad y legitimidad del sistema judicial, ya que los magistrados son responsables de garantizar el Estado de derecho, impartir justicia y defender los derechos constitucionales.
Este proceso está encaminado en asegura la independencia judicial, un principio esencial para evitar la concentración de poder en otros órganos del Estado. Además, la elección adecuada de jueces y magistrados permite combatir la corrupción, fortalecer la democracia y proteger los derechos humanos en un contexto donde la confianza en las instituciones es vital.
Históricamente, las elecciones de cortes han enfrentado retos como la politización y la interferencia externa, como el narcotráfico, empresarios corruptos y elites políticas que se enriquecen del Estado, lo que subraya la necesidad de un proceso transparente e imparcial.
Una judicatura confiable fomenta el desarrollo de una sociedad justa y equitativa, además de promover la seguridad jurídica y la inversión extranjera, al ofrecer garantías de justicia efectiva y oportuna.
El proceso que enfrenta el Estado guatemalteco es uno de los más importantes de la era democrática, no solo por el retraso que sufrió la elección de cortes pasada, en la cual los Diputados del congreso inobservaron el mandato constitucional, obligando a los Magistrados de la CSJ y Salas de Apelación a que se perpetuaran en el puesto durante un tiempo mayor al señalado, Guatemala necesita que se garantice un Estado de Derecho para promover el desarrollo integral del individuo.
Las 5 razones principales por las que este proceso es de importancia para la estabilidad del país en los próximos 20 años es porque:
Se busca la Renovación del sistema judicial: Garantiza la independencia y legitimidad de los magistrados.
Es un paso fundamental en la Lucha contra la corrupción: Jueces imparciales pueden investigar y sancionar casos de corrupción con autonomía, sin ser politizados, sin que favorezcan a quienes han contravenido las leyes del país.
Fomenta Estabilidad democrática: Un poder judicial independiente protege el equilibrio entre poderes, evitando con ello autoritarismos que atentan contra las libertades del individuo.
Permite la Protección de derechos humanos: Asegura el acceso a justicia para todos los ciudadanos.
Finalmente genera confianza en las instituciones: Un proceso transparente fortalece la fe pública en el sistema judicial y la democracia.
Aunque ya hay intentos de limitar la elección de magistados de la Corte Suprema de Justicia y Salas de Apelación, le toca al congreso designar a los altos puestos del sistema judicial de Guatemala.