Los diputados polacos aprobaron una nueva legislación que permite a los militares de la frontera con Bielorrusia utilizar munición real contra los inmigrantes ilegales, ya sea en «legítima defensa» o de manera «preventiva».
Esta ley generó una gran indignación entre las organizaciones no gubernamentales, que defienden y promueven la entrada ilegal al país. Los indocumentados son usados como arma de guerra por parte de Rusia y Bielorrusia y vienen, mayoritariamente, de países africanos.
El 12 de julio, el Parlamento polaco autorizó a las fuerzas de seguridad en la frontera bielorrusa (soldados, guardias fronterizos y policías) a disparar con munición real de manera «preventiva» o en «legítima defensa» contra cualquier persona que intente cruzar la frontera de manera ilegal.
Los agentes que utilicen sus armas en la frontera, «cuando la vida, salud o libertad de los policías se vean amenazadas en el contexto de un ataque directo e ilegal contra la ‘inviolabilidad de la frontera estatal'», estarán ahora exentos de responsabilidad penal.
La medida fue aprobada por 401 diputados, con solo 17 votos en contra. El texto ahora debe pasar al Senado para su ratificación.
A principios de junio, el primer ministro polaco Donald Tusk anunció la creación de una zona de contención de 200 metros de ancho y 60 kilómetros de largo a lo largo de la frontera, prohibida para cualquier persona que no sea parte de las fuerzas de seguridad.
Una decisión similar ya había sido tomada en noviembre de 2021 por el anterior gobierno nacionalista del partido Ley y Justicia (PiS), cuando miles de personas intentaron ingresar ilegalmente al país.
El 17 de julio, el ministro del Interior, Tomasz Siemoniak, anunció inversiones adicionales para la «modernización de la valla fronteriza». Desde junio de 2022, una doble barrera metálica de 5,5 metros de altura fue instalada en la frontera.
«Veremos los resultados[de la valla]en octubre», declaró a la prensa. Durante una visita a la frontera el 11 de mayo, Donald Tusk prometió que «no habrá límite en los gastos relacionados con la seguridad fronteriza».
Esta ley se implementó en un contexto de gran tensión en la región. A principios de junio, un soldado polaco fue asesinado tras ser apuñalado mientras intentaba evitar que inmigrantes ilegales ingresaran al territorio polaco cerca del pueblo de Dubicze Cerkiewne. En marzo, tres guardias fronterizos fueron arrestados bajo sospecha de haber disparado contra migrantes.
Además de la violencia, también se incrementaron las deportaciones hacia Bielorrusia. Desde 2021, miles de personas intentan llegar a la Unión Europea a través de rutas migratorias que pasan por Rusia o Bielorrusia y cruzan hacia Polonia. Según los guardias fronterizos polacos, se registraron más de 17.000 intentos de cruce ilegal desde Bielorrusia desde principios de este año.
Andrzej Juzwiak, vocero de los guardias fronterizos polacos, afirmó en Deutsche Welle que «no cabe duda de que la crisis en la frontera es el resultado de acciones híbridas por parte de Bielorrusia». Añadió que esta ruta migratoria es «creada y controlada artificialmente».
Estas declaraciones coinciden con las de la Unión Europea, que denunció varias veces una «guerra híbrida» liderada por el dictador bielorruso Alexander Lukashenko, aliado de Vladímir Putin.