La memoria en Quetzaltenango es un tema pendiente, ya que a pesar de que la mayoría de compositores de marimba son altenses, el reconocimiento a los mismos es casi nulo.
Todos hemos escuchados innumerables piezas de marimba, las hemos bailado, pero quizás desconocemos a los autores, más aun, ignoramos que son quetzaltecos que caminaron, se enamoraron y se inspiraron en nuestras calles.
Junto al monumental proyecto del altense Francisco Vela, el Mapa en Relieve, se encuentra un lugar en donde la memoria de la marimba sigue viva y danzando con el viento.
El Bosque Sonoro del Hormigo guarda en su jardín un árbol para cada compositor de marimba destacado, la mayoría de los mismos son altenses que heredaron a su país, hermosas piezas de marimba.
El bosque se encuentra exclusivamente sembrado de árboles de hormigo, mismos que sirven para la elaboración de las teclas de la marimba.
No existe monumento más honroso para un compositor de marimba, que seguir viviendo en los oídos de sus paisanos y transformar su memoria en un árbol de hormigo.
En el bosque encontramos nombres de compositores como Mariano Valverde, autor del vals Noche de luna entre ruinas
Los hermanos Hurtado y Wotzbeli Aguilar con sus inmortales Los 13 y La Patrona de mi pueblo.
Se encuentra además un árbol por cada miembro de la familia Bethancourt.
No podía faltar el árbol en honor a Domingo Bethancourt, extraordinario compositor de marimba y uno de los más grandes maestros músicos de nuestra Guatemala.
Todos ellos levantaron el nombre Quetzaltenango en alto, se convirtieron en pendones del orgullo chivo.
Sin embargo su corazón sigue latiendo en cada árbol que se encuentra alrededor del mapa en relieve. Un pequeño letrero nos recuerda el nombre y la sombra del hormigo nos recuerda su música. Por ello todos los marimbistas son orgullo de Los Altos.
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