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Diario de Los Altos

Tacita de Plata

“Candelitas para las ánimas benditas”, la hermosa tradición de Salcajá

La región de Los Altos tiene un orgullo por la memoria de nuestros ancestros, un arraigo sentimental por la familia, por los padres, los abuelos y los bisabuelos. Un lugar para demostrar que el amor trasciende más allá de la muerte es la villa de San Luis Salcajá.

(© Mario Hernández)

Cada 1 de noviembre, los vecinos de la villa después de la hora del almuerzo, recuerdan con nostálgica alegría a sus difuntos queridos, sus personas amadas que han trascendido el umbral de la mortalidad.

Toman un ayote entre sus manos y luego plasman en él un dibujo para recordar al ser querido. En épocas anteriores, trataban de darle la forma del ser amado, dibujar en el ayote los rasgos de la persona fallecida.

El ayote ya dibujado, lleva dentro una vela, misma que sirve para darle luz. La presente tradición se distancia y nada tiene que ver con la famosa calabaza de Halloween de los Estados Unidos, aunque gracias a la globalización, ha ido evolucionando la misma y deja ver ahora dibujos artísticos en los ayotes o distintos personajes.

Luego, en peregrinaje por los barrios salcajenses, visitando casas, tiendas y demás, los vecinos recolectan candelas, recitando la frase: “Candelitas para las ánimas benditas”.

Después de recorrer todo el pueblo, los vecinos en alegre caminar, se dirigen al cementerio de la localidad, ahí encienden las velas que han recolectado y colocan el ayote encima de la tumba del difunto amado.

Entorno aquella luz, se enciende el recuerdo por las personas fallecidas, se recuerdan anécdotas vividas con el difunto, se hace un ejercicio de memoria oral, para mantener vivo el recuerdo de las personas fallecidas. Así, con luz de velas se ilumina todo el cementerio.

(© Mario Hernández)

Se cree que aquellas luces son señales para mostrarle a las ánimas el camino, para volver a casa, para visitar a sus seres queridos.

La tradición sigue viva y es estos días en que Salcajá se prepara para vivir una de las noches más especiales en todo su calendario de fiestas y celebraciones. Pues es aquella que busca recordar el pasado, recordar nuestra familia y valorar el legado de nuestros ancestros.

(© Mario Hernández)

Si tienes la posibilidad de asistir a Salcajá el 1 de noviembre por la tarde y noche, contempla uno de los ejercicios de tradición y de memoria más hermoso y significativo de Guatemala, el recordar a los difuntos.

Es aquella noche cuando en el repetir en medio de suspiros “candelitas para las ánimas benditas”, en que la memoria surge del corazón de las personas y se hace vida la tradición, convirtiéndose en un orgullo de Los Altos.

(1990). Cofundador de Diario de Los Altos. Reconocido dos veces por la Universidad Rafael Landivar con el premio Juan Fernando Cifuentes en prosa y Poesía. Autor Pesadillas de un Espantapájaros (Poesía, 2011); Canto Nocturno (Poesía y Cuento, 2018); Cuentos Embargados (2020, Cuento). Profesor en Ciencias Sociales por la Universidad Francisco Marroquín.

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