Alrededor de 1969 llega una época convulsa a nivel social y económico. Por aquel entonces, Guatemala era gobernaba por Méndez Montenegro, un ultraderechista con discurso proveniente de la Revolución del 44. El país estaba en plena reconstrucción del terremoto sufrido en febrero de 1967 y las construcciones nuevas empezaban a aparecer, también persistía una explosión demográfica en la ciudad proveniente de las áreas rurales del país. En ese mismo año, haría aparición una obra de teatro de gran relevancia por su simbolismo y forma de representarse.
La hegemonía literaria de esta época se enfoca en el ‘arte comprometido’, una idea de posicionamiento ideológico y político que se expande unos años después con figuras como la de Otto René Castillo. Esta construcción literaria y las vanguardias que venían de la Europa de los años 50 se empiezan a fundir con las propuestas de la época dorada del teatro guatemalteco donde aparecerían figuras como Manuel José Arce y Hugo Carrillo.
Manuel José Arce Leal nació en Ciudad de Guatemala en 1935. Fue autor de numerosas obras de teatro, de las cuales, al menos una docena fueron puestas en escena. La Editorial Universitaria Centroamericana (EDUCA) publicó sus mejores obras bajo el título de Obras de Teatro Grotesco. Cerca de los años 80, Arce debió salir de su país para exiliarse en Francia a raíz de las constantes amenazas de parte del régimen de Lucas García. Desde allí escribió unos duros poemas en contra del gobierno de Guatemala, publicados de forma póstuma. Publicó colaboraciones en diversos medios de prensa escrita como El Imparcial, Diario de Centroamérica, Nuevo Mundo, Novedades, La Hora, La Semana, Qué pasa calabaza, y particularmente en el Diario El Gráfico, en donde fue jefe de redacción y de su columna de opinión “Diario de un escribiente”. Su actitud poética ante la vida lo hizo denunciar las atrocidades de la violencia del sistema político nacional. Falleció de un cáncer de pulmón en el exilio, en 1985 en Francia.
Delito, condena y ejecución de una gallina corresponde al teatro pánico de Arce. En esta obra existe una denuncia a los monopolios y una crítica a los modelos económicos que se exploran en el país bajo la idea del consumismo y el mercado de oferta y demanda que crecía por aquella época. La alegoría de la gallina y la muerte de la misma en la representación escénica, como con los motivos teatrales de la construcción escénica y el rompimiento de la cuarta pared, funcionan para provocar al espectador y sacarlo de su zona de confort de principio a fin.
Esta obra de Arce, como la mayoría, tienen un objetivo político e ideológico. Estas propuestas empiezan a fomentar la reflexión sobre eventos de importancia social e histórica en Guatemala. La obra va en función del teatro pánico y la didáctica de compromiso, con ello el autor hace énfasis en el modo de mercado de aquella época que fomentaba el capitalismo con la idea del dominio de monopolios económicos que provocan el enriquecimiento de pocos a costa de la inversión de muchos. Totalmente una idea que se mantiene vigente y que la literatura en general ya no ha explotado de esta manera.
