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QUETZALTENANGO
Diario de Los Altos

La Catorce

Diez lecturas obligatorias, según Rodrigo Villalobos

El tiempo libre en la pandemia permite el acercamiento a la lectura, un ejercicio crítico y divertido, con un enfoque didáctico o de entretenimiento, según sea el caso del lector. Acá algunas recomendaciones aprovechando que estamos en conmemoración del «Día Internacional del Libro».

10. «La Eneida» de Virgilio


Muchos mencionan a Homero con «La Ilíada» y «La Odisea», sin embargo, a mi gusto, la exploración latina que realiza Virgilio es mucho más amena y sublime, pues, en gran medida por su lenguaje, es capaz de recoger eventos grandilocuentes muy bien sintetizados. Su manera de narrar es más eficaz como epopeya y nos conduce en un viaje que no es el de Aquiles ni el de Odiseo, pero que incursiona en lo trascendente de Eneas para el mito detrás del Imperio Romano desde la óptica griega. Si no la han leído, este es el momento, es una obra incapaz de decepcionar.

9. «Rimas y leyendas» de Gustavo Adolfo Bécquer


Libro cumbre del romanticismo español, Bécquer fue capaz de agotar las posibilidades del castellano con sus versos. El autor se volvió un referente para mí, de manera inmediata, leyéndolo durante los básicos. Por mucho tiempo, traté de emular el estilo de distintos autores como el de Borges y Benedetti, pero fue en «Las rimas» que alcancé a desprender un poco de mi identidad literaria tras la constante relectura, sobre todo con la inagotable Rima XXXVIII que jamás pasará de moda en mi memoria.

8. «Tres novelas inmorales» de Enrique Gómez Carrillo (y especialmente la novela «Del amor, del dolor y del vicio»)


Este es el libro sobre el que he empezado a enfocar mi tesis. Estoy fascinado con la dinámica prosa modernista de este escritor guatemalteco, mal o bien llamado «Príncipe de los cronistas» (esto ya lo agoté en un artículo que hice hace unos años, se las dejo acá: Enrique Gómez Carrillo, de la crónica al olvido). El tono creativo y genuino de evocar sensibilidad con el lenguaje, de Gómez Carrillo, está muy por encima de algunos versos de la misma corriente. Sin duda, una joya literaria y olvidada por la faceta diplomática, periodística y política de tan grandilocuente figura nacional.

7. «Obras completas» de Roberto Arlt


«El juguete rabioso», «Los siete locos», «El jorobadito», «Regreso», «Prueba de amor», «Saverio el cruel», «La isla desierta», «El facineroso», entre otro montón de obras narrativas y dramáticas, forman parte de los volúmenes que revolucionaron mi manera de entender la literatura hace unos años. Su autor, el argentino Roberto Arlt, se volvió una referencia obligatoria en mis lecturas, por su ingeniosa manera de contar historias y sus plot twist crudos, llenos de algo que no sabría explicar. Sin duda, textos latinoamericanos que influyeron formas de pensamiento más que corrientes literarias. (Ojalá algún día me haga con todos sus textos porque solo he leído tomos colgados en estantes de bibliotecas).

6. «Siempre juntos y otros cuentos» de Rodrigo Rey Rosa (y, básicamente, cualquier otro libro del autor)


No es secreto que el tocayo es mi autor guatemalteco favorito, quizá por lo dinámico de su prosa o por los desarrollos tan profundos de sus raros personajes. Toda su narrativa tiene un sustento psicológico auténtico y probablemente sea uno de los mejores cuentistas de la región, solo por detrás de Augusto Monterroso (y sí, mejor que Eduardo Halfon en algunos/varios aspectos). El libro que menciono, en cuestión, tiene una de las mejores selecciones narrativas del autor e incluye a «Cárcel de árboles», una novela corta de tremenda proyección estructural y de contenido.


Estas son algunas menciones honoríficas, libros importantes porque produjeron mi apego por la literatura: «El amor, las mujeres y la vida» de Mario Benedetti; «El boxeador polaco» de Eduardo Halfon; y «El hombre equivocado» de John Katzenbach.

Cuando de maestros del verso se trata, el uruguayo Mario Benedetti es un elegante arquitecto, su genialidad sale a luz con los poemas recolectados en «El amor, las mujeres y la vida», una bohemia trama de historias hechas poesía. El caso del libro de Halfon es aún más interesante, sus cuentos y su ficción biográfica denotan un trabajo cautivador a pesar de lo cotidiano y el ejercicio de la memoria, sus textos debieran ser lectura obligatoria para todo guatemalteco, al menos una vez en la vida. Mi placer por la novela policíaca llegó gracias a este libro de Katzenbach: «El hombre equivocado»; la audaz forma de anclar suspenso al lector con tan solo palabras, es particular en este autor.

Hay otros autores y otras obras, como el caso de H. P. Lovecraft, Edgar A. Poe, García Lorca con su «Bodas de sangre» o Gabriel García Márquez, y más recientemente, Jessica Masaya con «Diosas decadentes». Textos y escritores que han conmovido mi predilección lectora al cuento, la novela, el teatro y la poesía. Lo primero es tomar conciencia de lo importante que la cultura y el arte son para nuestra formación humana, lo demás ya es cuestión de gustos.


5. «El hacedor» de Jorge Luis Borges

Un libro único por construcción verso y prosa, una inspiración incluso para mi editorial Testigo Ediciones. Su autor, Jorge Luis Borges, resulta ser, para mí, el único Premio Nobel de Literatura que no requirió premiación física (sí, lo sé, incluso por encima de Miguel Ángel Asturias -1967-), porque resultó ser un intelectual de enorme talla, fiel a sus convicciones literarias e ideológicas. La influencia de Borges llegó temprano a mi vida, puesto que este libro lo encontré estudiando en mis básicos, gracias a una excelente profesora de Idioma Español, y es un texto en el que siempre descubro cosas nuevas cada vez que lo releo.

4. «Antología de la literatura para niños de Guatemala» de varios autores (hecho por las antólogas Ethel Batres e Irene Piedra Santa) de la Editorial Piedra Santa con colaboración de UNICEF

Muy distinto al resto de libros que les he mostrado, el enfoque de este texto es, como indica su título, una recopilación literaria para niños, y, al mismo, fue el primer libro de goce estético que encontrara en mi vida luego de tantos textos finalizados de Edessa en la escuela (también el pinche «Sementera»). El detalle más llamativo del libro es que tuvo una investigación previa de la mano de Marta Julia Gamboa, Isabel Garma y Francisco Ortiz, por lo que es un libro que va de lo formativo al entretenimiento. Su influencia me llevó al amor por este bello arte de las letras.

3. «Hagamos un ángel» y «Efecto invernadero» de Guillermo Fernández

Dos cuentarios de mi escritor centroamericano favorito. Aunque son libros muy poco conocidos y que no recorren usualmente el istmo, resultan una suerte de joyas en las librerías que se encuentren. La faceta de cuentista es la que mejor le va a este escritor costarricense, a pesar de escribir novela y poesía también, y estos dos libros son una recopilación de la brevedad y la verosimilitud en todo su esplendor (si los ven me avisan porque los necesito, solo en la Biblioteca Central de la USAC los he leído).

2. «Travesuras de la niña mala» de Mario Vargas Llosa


Con seguridad, no se trata de la mejor novela del Premio Nobel, pero por su dinamismo narrativo, es quizá la más entretenida de todas las obras del peruano. El manejo preciso del lenguaje breve y su inquietante vorágine de paisajes internacionales, junto a una trama amorosa complicada por la búsqueda del verdadero amor y la felicidad plena, hacen de su lectura, un auténtico deleite.

1. «La divina comedia» de Dante Alighieri


Una audaz narración a base de versos y una epopeya fantástica que debate la moralidad en algo más que el bien y el mal, una travesía justificada por el amor puro e idealizado, y una estética descriptiva como ninguna hasta su momento (obviando el capítulo de las naves en «La Ilíada» de Homero). Este libro es una oda a la perseverancia, a las convicciones y al amor; por ser un clásico literario perteneciente al Renacentismo, no hay spoilers, solo una invitación a acercarse a la belleza del lenguaje de origen latino, el toscano (predecesora del italiano). Dante (el personaje literario, no el autor) de la mano de Virgilio recorre, tanto Infierno como Purgatorio, viendo como sus enemigos declarados expían sus pecados, hasta llegar con su amada Beatriz al Paraíso. ¡Una obra imperdible por el proceso de transformación y juicio!


La invitación está servida. ¡Les deseo a todas y todos una feliz lectura!

 

*Los créditos de la imagen mostrada al inicio pertenecen al fotógrafo Jorge Imul.

**Este artículo contiene fragmentos de una nota publicada anteriormente en Revista La Fábri/k/ del 9 de junio de 2020, cuya redacción es autoría del periodista Rodrigo Villalobos Fajardo.

Escritor, editor, periodista, gestor cultural, investigador archivista, profesor de lenguaje, comunicador y tallerista. Nació en Ciudad de Guatemala en 1992. En 2011 creó su blog "Tulipanes de plástico", donde expone poemas, ensayos y cuentos de su autoría. Formó parte de las antologías «Frente al silencio -Poesía-», «Antología poética 20-30» y «Antología del Bicentenario de Centroamérica». Ha publicado los libros «Poemas de un disquete» (2017) y «Tulipanes de plástico» (2018). En la actualidad, finaliza sus estudios de la Licenciatura en Letras en la USAC; está a cargo de la editorial "Testigo Ediciones"; colabora como columnista y redactor para varios medios digitales; es profesor de enseñanza media de comunicación y lenguaje; además, dirige y trabaja en proyectos de artivismo y memoria histórica.

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