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La Catorce

Las cinco claves para evitar daños psicológicos por la violencia

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la violencia como: “El uso intencional de la fuerza o el poder físico, de hecho o como amenaza, contra uno mismo, otra persona o un grupo o comunidad, que cause o tenga muchas probabilidades de causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones”.

En los últimos meses, la violencia se ha incrementado en la cabecera departamental de Quetzaltenango y ya no somos aislados de ser blanco de un acto ilícito, situación que repercute en un daño físico y psicológico.

Pero no solo la víctima de un hecho delictivo se ve afectada, sino también los espectadores (una cantidad considerable de la población), porque a partir de esta experiencia de violencia el espacio social se empieza a vivir como amenazante o inseguro, y hay una sensación de fragilidad y amenaza personal. Visto desde cualquier perspectiva, es una situación que atenta contra la salud mental y las formas de relación con los demás.

La amenaza generalizada supone ya la adopción de una actitud defensiva ante los demás; sin embargo, las personas que son víctimas de asaltos, extorsiones y ataques armados acentúan esta actitud.

De forma inmediata, luego de sufrir un asalto, un ataque armado, ser víctima de extorsión, haber experimentado un secuestro y haber recibido un impacto de bala perdida en un asalto, entre otros hechos, las víctimas empiezan a experimentar insomnio, problemas gastrointestinales, sentir que les falta el oxígeno, hormigueos en todo el cuerpo, sentir que se desmayan, sudoración excesiva, entre otros síntomas, que no son más que ansiedad, por ello, es preciso que exista un tratamiento para evitar daños y trastornos mayores.

Para minimizar los efectos de la experimentación de un hecho que pone en riesgo el equilibrio mental y psicológico, básicos para el buen funcionamiento del individuo a nivel personal, familiar y social, se recomienda:

1. Buscar acompañamiento psicológico para evitar mayores conflictos. De esta forma habrá un abordaje de manera integral para ventilar la carga emocional acumulada tras la vivencia y cerrar e integrar acontecimientos potencialmente traumáticos, introduciendo a su vez aprendizajes emocionales y técnicos.

2. Buscar el apoyo de las redes sociales como familiares y amigos cercanos para reinsertarse, paso a paso, a sus actividades comunes.

3. El tema espiritual ejerce un papel importante en nuestra cultura, por ello, se recomienda participar y practicar los valores espirituales como la oración individual y grupal que le provean de soporte, paz, y confianza en un Ser Supremo. Ello puede generar un estado de seguridad para enfrentarse de nuevo a la realidad.

4. Evitar los pensamientos rumiativos al respecto del evento estresante, en este caso el acto de violencia sufrido. Contrarrestarlos con pensamientos positivos fundamentados en la fe espiritual o religiosa que se tenga.

5. Evitar mostrarse vulnerable o temeroso ante desconocidos en la calle, esto desarrollará en la persona confianza en sí misma.

Written By

Psicóloga y Psicoterapeuta. MSc. en Docencia Superior. Docente en Universidad del Valle de Guatemala, región altiplano. Docente en Universidad Mesoamericana de Quetzaltenango. ¡Amo acompañar a las personas al encuentro de si mismas!

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