El pasado fin de semana se estrenó en las salas de cine de la ciudad altense, la película “Jojo Rabbit”, del director neozelandés Taika Waititi, quien además es el guionista y uno de los actores del reparto.
La película ha ganado el Festival de Cine de Toronto y se perfila como una de las favoritas para los premios de la Academia. Sin embargo, así como ha sido alabada hay gente que la ha criticado por la visión arriesgada de Waititi respecto a la Segunda Guerra Mundial.
Waititi nos regala una película sobrecogedora, emocionante, capaz de regalarnos una sonrisa, un suspiro de ternura, como de incomodarnos y recordarnos los horrores de la guerra y del racismo.
Roman Griffin Davis siendo un actor tan joven, tan inocente, soporta sobre sus hombros el peso completo de la película, no desentona en ningún momento de la cinta. Actuando al lado de Scarlett Johansson quien por el papel que desempeña en esta cinta tiene una de sus dos nominaciones al Premio de la Academia este año.
La historia es una evolución de la prisión ideologica que se impone a los niños que integran el campamento de los nazis en ese fin de semana, a la libertad de Jojo al finalizar la guerra y darse cuenta que en el mundo debe existir la tolerancia y la esperanza, la libertad.
La sátira de Waititi es magistral, aunque en algunos momentos quizás pueda ir más allá de lo que se contuvo, sin embargo, es extraordinaria la mirada que se hace del adoctrinamiento de los nazis, recordándonos a la lucha que se hace hoy en día respecto a las ideologías progresistas y anti vida, obligando a los educandos a no tener más elección o libertad que la emanada de la fuente de poder.
Es ahí donde radica el homenaje a la libertad, pues a lo largo de la película Jojo descubre lo valioso de poder pensar, de poder estar en libertad, de amar. Mientras Jojo trata de evolucionar, tenemos en contra parte al Hitler imaginario de Waititi quien lucha por detener ese escape.
Podemos ver referencias claras a la inocencia de los niños, la amistad, las barreras del racismo, se puede observar incluso la evolución del pensamiento de la libertad que rompe la barrera de la ideología.
La película es una de las obras magistrales del ciclo 2020 del cine, sin lugar a dudas la apuesta de Waititi resulta extraordinaria en cuanto a los resultados y a lo significativo, justamente recordando la tolerancia en el año en que se cumplen los 75 años del descubrimiento de los campos de concentración nazi.
Al final, tal y como lo dice David Bowie en su magistral canción “Heroes”, todos podemos ser héroes por un día. Es ahí en donde Jojo se vuelve un héroe al evolucionar y aceptar el cambio buscando la libertad de sus ideas, la libertad de su corazón.
