Crecer sin el amor de nuestros progenitores y ser migrante son las dos circunstancias más difíciles que un ser humano puede vivir a lo largo de su vida. Nuestro invitado de hoy tuvo la dicha de crecer con ese singular cariño que los nobles padres brindan a sus descendientes. En algunas respuestas de las preguntas nos comenta del espléndido aporte que ellos le inculcaron a él y a sus hermanos desde pequeños. Hoy tengo el privilegio de compartir la entrevista que realicé al escritor, poeta, locutor, periodista, activista político, columnista internacional, pero sobre todo un gran amigo y destacado humanista, hablo de mi compatriota Fabio Mendoza Obando que desde hace muchos años reside en Costa Rica.
Probablemente, Fabio sea uno de los pocos inmigrantes en todo el mundo que tenga tanto libros en su apartamento, él lee sobre muchos temas, por lo que es un gran conocedor de la política nicaragüense, latinoamericana y, por supuesto, de otros países del mundo, desde muy joven ha sido un activista político y desde el exilio lo sigue haciendo a través de sus artículos que se publican en diversos periódicos impresos y digitales.
Fabio Mendoza, además, es un escritor y poeta que a través del verso y la prosa le canta a la patria, al amor, la añoranza, familia, amigos, medioambiente, la paz, libertad, democracia, etc. Muchos seguidores, lectores y amigos, se identifican con su trabajo literario.
En esta entrevista hablamos de sus inicios como escritor y político, además nos comparte una anécdota que vivió cuando estaba recién llegado a Costa Rica. Sin más preámbulo, en complicidad con este distinguido medio, compartimos esta entrevista, esperando que sea del agrado de cada apreciable lector.
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Carlos Jarquín: ¿Cómo era el ambiente dónde creció y qué es lo que más extraña de ello?
Fabio Mendoza Obando: Mi familia es originaria de San José de los Remates, municipio del departamento de Boaco. En los años de 1970, papá y mamá por razones de trabajo emigraron para el Municipio de Muelles de los Bueyes, yo nací en una Comarca llamada El Cacao, un lugar con una vegetación impresionante. Papá fue contratado para administrar una hacienda ganadera en el Municipio de El Rama, lo que implicó que nos fuéramos a vivir a ese lugar. Empecé a estudiar en Villa Sandino, posteriormente en Muelle de los Bueyes y después ya en El Rama. Recuerdo bien que gobernaba Somoza y cuando la revolución del 79 estaba en Chontales, era un niño y todos los eventos que viví me han marcado para siempre. Nací bajo la sombra de una dictadura, el ambiente era convulso y bélico. Todo alrededor era solo de noticias preocupantes y acciones que mantenía a un pueblo en la sombra de miedos permanentes. Extraño aquellos momentos como cuando regresaba de vacaciones, el recibimiento era cálido y lleno de amor familiar, son esos momentos los que quisiera volver a vivir.
CJ: ¿Cuál fue el principal aporte del primer libro que leyó? ¿Cómo se titula? ¿Quién es el autor? Y, ¿cuántos años tenía?
FMO: El primer libro que leí fue la Biblia. Es el libro por excelencia, es el manantial de toda sabiduría que pueda existir, cada palabra, cada frase es un bálsamo de transformación para todo ser humano. Desde muy niño, mamá todas las noches, después de la cena, nos reunía y nos daba una especie de clases bíblicas y nos exigía memorizar salmos y aquellos versículos que nos ayudarían en la formación de valores e instaban por el camino correcto. Creo firmemente que la Biblia debe ser leída por toda la humanidad, en ella encontramos las herramientas necesarias para un mundo mejor, una sociedad cambiada que puede hacer realidad sus aspiraciones de una vida mejor.
CJ: ¿Qué fue lo mejor que sus padres le inculcaron durante su infancia y adolescencia?
FMO: Mis padres Ricardo José Mendoza Duarte (Q.E.P.D) y Yolanda Obando de Mendoza, han sido un ángulo fundamental en mi vida, en mi formación. Siempre digo que la educación empieza en casa. Inculcaron en mí, y mis hermanos, los valores fundamentales que debe regir en la vida de una persona, como el respeto, la libertad, el amar a la patria y siempre procurar accionar con responsabilidad a favor de ella, el amor familiar, el trabajo el ayudar a los demás y muchos otros más. También papá fue artífice, él fue el que me inculcó el hábito de la lectura, y esto lo he dicho algunas veces en otras publicaciones, sin saber leer hizo que yo desde muy pequeño me enamorara de los libros y me apasionara por el saber, aunque no logró ver a su hijo como poeta y ser publicado con mis artículos en diferentes periódicos de América Latina. Estoy seguro que al igual que cuando le leía el periódico todos los días, así habría solicitado que también le leyeran mis artículos. Los valores que se aprenden en casa son herramientas invaluables para conducirse en toda la vida.
CJ: Desde muy pequeño escribe poesía, pero nunca se lo comentó a nadie, ¿por qué decidió vivir en el anonimato?
FMO: Desde los siete años de edad me di cuenta que había algo encendido en mi interior que husmeaba a la poesía. No entendía nada de estos albores a esa edad, eso sí, sentía una necesidad descomunal por expresar algo, pero igual no lo entendía muy bien. Fue como un despertar, el aviso improvisto de algo, de algo esporádico. El tiempo fue pasando y aquella chispa seguía encendida y a los doce años de edad, sabiendo ya qué era la poesía, plasmé un poco formal mis versos en pedazos de papel e incluso en hojas de árboles, donde había algo que podía escribir, lo hacía, eso sí todo lo dejaba perder, lo botaba y me daba satisfacción vivir ese momento como de éxtasis, así lo sentía, para mí era algo sobrenatural que llegaba y se iba tan fugaz como una estrella en el firmamento, fuera de este mundo. Atribuyo el quedarme en el anonimato al poco apoyo que para ese tiempo había para los poetas, tomando en cuenta que el país estaba sumergido en una lucha armada clandestina entre los mismos nicaragüenses, dejé que todo estuviera detrás de la sombra mejor. Como había un racionamiento en todo, hasta los cuadernos costaba conseguirlos, entonces tuve una idea y fue que, cuando sentía que iba a escribir un poema, lo memorizaba y era cuidadoso que no se me olvidara y cuando tenía oportunidad de pasarlo en papel lo hacía. Fue ya para 1990, cuando se celebran elecciones y hay un cambio de gobierno que, prácticamente, me doy a conocer en pequeños círculos y también de vez en cuando en el colegio, cuando algunos compañeros de estudio me solicitaban por encargo poemas y cartas de amor para sus novias y ellos me pagaban muy bien. Otra cosa era que nadie en la Ciudad de El Rama se había dado a conocer, todos vivíamos en el anonimato. También la falta de biblioteca y la lectura como estímulo era un detonante negativo. Sin embargo, había que buscar la forma de alimentarse e ir a la búsqueda de libros y escribir con más responsabilidad.
CJ: Por muchos años, fue locutor en una radio local de su ciudad, ¿de qué manera recuerda esa etapa de su vida?
FMO: Trabajé en periodismo radial por varios años y considero que esta es una de las etapas más importantes de mi vida, fue un crecimiento importante. Dirigí un noticiero y un programa de avisos y saludos que se llamaba El Ranchito de Pocho, fue un suceso, la audiencia era amplia en todos los sectores sociales del municipio y cubría gran parte del territorio nacional. Quiero decirle que este programa fue muy enriquecedor en mi formación con respecto a la poesía y la narrativa. Me di cuenta que hay mucho talento y artistas en los lugares más recónditos de mi patria. Los radioescuchas me enviaban cualquier cantidad de poemas, este gesto me daba mucha motivación porque al escribir ellos, yo también lo hacía, se notaba que dedicaban mucho tiempo a escribir poemas bien trabajados. Además, me enviaban cualquier cantidad de páginas donde plasmaban también dibujos que me impresionaban por su calidad.
CJ: ¿Cuáles son los maestros de la literatura universal que han marcado su mundo literario?
FMO: Son muchos los maestros de la literatura universal que han marcada este caminar. Está mi compatriota nicaragüense, el poeta universal Rubén Darío, todos pasamos por los cauces de su poesía y nos ensaña el verdadero sendero de estas lides. Darío es universalmente el poeta de Nicaragua. Siguiendo con la poesía, sigo leyendo a un gran poeta libanés-estadounidense Khalil Gibran. Quién no ha leído Canto de mí mismo del poeta Walt Whitman, igual yo, leo al poeta griego Constantine Cavafy. Hay otros poetas que son parte de la lista importante y que han marcado mi camino, está Gustavo Adolfo Bécquer, Federico García Lorca, Guillaume Apollinaire, por mencionar unos pocos, pero hay muchos más. Están todos los poetas de mi patria, Nicaragua, han sido un plato fuerte en la lectura, tal como Ernesto Cardenal, Pablo Antonio Cuadra, José Coronel Urtecho, Salomón de la Selva, Alfonso Cortés. América Latina tiene grandes poetas que debemos de leer permanentemente, Octavio Paz, Fernando Pessoa, Jaime Sabines y otros más que por espacio omito. En cuanto a la narrativa son muchos, Charles Dickens, Fedor Dostoievski, Edgar Allan Poe, Oscar Wilde, Franz Kafka y no puedo dejar de mencionar a Mario Vargas Llosa y Gabriel García Márquez. La lista es extensa.
CJ: ¿A los cuántos años despertó en usted la pasión por la política?
FMO: Desde corta edad, en casa se hablaba de política, con mucho respeto, ese tema a mí me hacía parar las orejas cuando lo abordaban, específicamente lo hacían los adultos. Cuando se hablaba de política en casa y todos estábamos familiarmente en la sala, buscaban algún pretexto para no quedarse, los adultos hablando y yo escuchando. De diez hermanos, a mí era a quien me inquietó de niño este tema. Papá a pesar de no saber leer, era un hombre que aprendía rápidamente escuchando la radio y más las lecturas que me solicitaba que hicieran en el Diario La Prensa, para él eran sus métodos de estudio. Fue así que poco a poco me interesé por la política. De familia, hemos simpatizado con la tendencia liberal, porque hemos entendido que es la forma de gobierno adecuada para sacar de la miseria a los pueblos. La política la tengo en el gen, mi abuelo paterno tuvo un cargo muy importante de elección popular en Boaco, por lo que el querer el bien para mi país, es hereditario.
CJ: ¿Quiénes son los líderes políticos del mundo que le han inspirado?
FMO: Hay muchos líderes políticos que, a través de la lectura de sus biografías, los he conocido y me he convertido en seguidor de la filosofía de sus éxitos. Por ejemplo, Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, para mí es un referente de un hombre que a través de su lucha quería una Nicaragua con plena libertad y sacarla de la postre del atraso de la pobreza y la miseria, eso me lo dice su pensamiento político, nos quedamos con su legado ya que fue asesinado por querer una Nicaragua para todos. Estudio y tengo todos los libros de Don José María Figueres Ferrer, fue un gran reformista y lo considero uno de los mejores presidentes que ha tenido Costa Rica. Están Winston Churchill, Abraham Lincoln, George Washington, al ex Primer Ministro israelí, Isaac Rabin, Mahatma Gandhi, Lech Walesa, Václav Havel, también hay más que me gustan mucho. Hay otros líderes políticos que es meritorio estudiar su legado y de cómo sacaron a sus países de la pobreza y los han puesto en el eje del desarrollo.
CJ: Si fuera presidente de Nicaragua, ¿cuáles serían los cambios que haría?
FMO: Nicaragua está enferma de raíz, acabamos de cumplir doscientos años y tal parece que no hemos empezado. Mientras que nuestros vecinos trabajan arduamente para avanzar en la ruta del progreso, nosotros todavía estamos luchando contra dictaduras y caudillos que le han hecho daño de antaño al pueblo. Es lamentable que seamos el segundo país más pobre de América Latina y eso nos debe hacer reflexionar del porqué ocurre esto en nuestro hermoso país, donde he tenido la dicha de nacer. Debemos leer la historia una y otra vez y nos debe preocupar qué le estamos dejando a las nuevas generaciones. Hemos tropezado cantidades de veces con la misma piedra, un mal gobierno. Un dictador no obtiene el dominio solo, hay casos excepcionales, pero el pueblo tiene una buena parte en esto, y como el problema ocurre, ha habido un descuido por hacer un alto. He recalcado una y otra vez que los nicaragüenses tenemos la responsabilidad de ejecutar los cambios necesarios que necesitamos. Si yo tuviera ese privilegio de ser presidente de mi país, nosotros necesitamos con urgencia ser conscientes de los males que nos atañan como país. Cuando un pueblo es consciente del problema de su entorno, es ahí cuando surge la ruta de la solución. Una sociedad politizada nunca avanza, vive estancada en la oscuridad del pasado. La educación es el salto al desarrollo de los pueblos. Cuando hay conocimiento en un pueblo hay ideas claras para un futuro promisorio. Quien es electo presidente de un país debe tener muy bien claro que gobernar es educar y, por consiguiente, la educación es el destello que ilumina la esperanza de una nación.
CJ: ¿Por qué cree que muchos políticos que llegan a ser presidentes de la República de Nicaragua se convierten en dictadores?
FMO: Primero es por las ansias de poder, llegan ante el pueblo con mensajes y promesas que se les hacen creer y cuando toman las riendas del mando se convierten en lo que son y en lo que han diseñado en secreto ser. Por otra parte, el pueblo carga con una parte de responsabilidad en esto, pues cuando se detectan las malas intenciones y señales de una dictadura, y hay espacio para rectificar nuestra responsabilidad, se deben usar los mecanismos a nuestro alcance, con los que nos faculta la Constitución, y de una vez quitarlos del poder. A tiempo, las cosas se pueden prevenir, y a los que gobiernan hay que hacerlos entender que el poder radica en la voluntad del pueblo. Lamentablemente, muchos pueblos estamos viviendo las secuelas de dictaduras que se han refugiado en la sombra del ejército y la policía para sustentar la aberración y mantenerse en el poder haciendo daños imperdonables al pueblo. Toda dictadura, según la historia, eso es lo que hace, también hay que recordarles que nada es para siempre, toda dictadura cae.
CJ: ¿De qué manera está organizada la comunidad política nicaragüense en Costa Rica?
FMO: En Costa Rica, la comunidad nicaragüense estamos organizados, somos varias organizaciones quienes estamos trabajando mutuamente en ayudarnos unos a otros, en diferentes necesidades. También nuestra lucha por la libertad sigue en pie, todos pregonamos ese ideal, porque Nicaragua está pasando por el peor momento de su historia y, si no somos nosotros, entonces quién lo va a hacer.
CJ: ¿Qué opina del panorama político actual que vivimos en América Latina, El Caribe y especialmente en Nicaragua?
FMO: En América Latina cada vez se pone más interesante el panorama político. Nuestro continente se enfrenta a dificultades. Con la ascensión de nuevos gobernantes de izquierda al poder, esto somete a América Latina a una división y la debilita, la hace vulnerable y la expone. Nuestros pueblos están fragmentados y, en muchas ocasiones, es visible que los que asumen el poder gobiernan para aquellos que los eligieron, y en algunos casos son minorías. Hay desesperación en la población, llega un gobernante de derecha y si no cumple sus promesas de campaña, llega uno de izquierda que se convierte en dictador, esto somete al pueblo a la desesperanza y al desánimo político, o dejan de confiar en los políticos, pierden el interés por ser parte en los procesos electorales argumentando que todos son iguales. En el caso de mi país, Nicaragua, la situación es muy complicada, recién han pasado las elecciones y de antemano ya se sabía lo que iba a pasar, el régimen metió presos a los candidatos y dejó a los que no iban a ganarle. Les quitó personería jurídica a los partidos políticos de la oposición, cortó todo tipo de libertad de protesta, no hay reconocimiento por parte de gobernantes democráticos del mundo al proceso electoral. El mundo dice que hubo un gigantesco fraude electoral, y según datos de organizaciones independientes un 85.1% de la población apta para ejercer el derecho al voto no lo hizo. Está claro que hay una ilegitimidad evidente. No hay voluntad por parte de la dictadura, de momento, a darle una salida pacífica al conflicto. Hay miles de exiliados y más de un centenar de presos políticos, incluyendo los candidatos de la oposición.
CJ: ¿Cuál es su interpretación sobre la siguiente frase célebre de Abraham Lincoln: “La democracia es el gobierno del pueblo, por el pueblo, para el pueblo”?
FMO: Abraham Lincoln tenía muy claro que la democracia surge genuinamente de la esencia de la voluntad del pueblo. Esto es lo que lleva a una nación a avanzar por el camino del desarrollo. Desde que leí esta frase, la he hecho como el estandarte de lo que creo sobre la democracia, y no ha habido alguien que haya escrito algo similar y acertado como lo hizo este expresidente de los Estados Unidos de América. Se le ha atribuido [a esta frase] el verdadero sentido de lo que realmente es la democracia. Es que en eso radica, que sea un gobernante elegido por la sagrada voluntad del pueblo y que no olvide que el soberano lo colocó en tan distinguido puesto, y está obligado a cumplir de manera cabal para lo que fue electo, y es por la voluntad de una mayoría. Cuando un gobernante le incumple al pueblo empieza el declive del fracaso. Soy de los que opina que un pueblo tiene que ser consultado en las grandes decisiones que un gobernante tome. Gobernar desde el pueblo, por el pueblo y para el pueblo es la forma de abanderar la voluntad del pueblo y de cumplir sus aspiraciones, ahí radica la democracia.
CJ: ¿De qué manera describe su pasado, presente y futuro?
FMO: El pasado es un nutriente indispensable para conquistar el presente. Todos los seres humanos nos equivocamos, estamos sujetos a eso, cuando rectificamos y le damos vuelta a la hoja ocurren cosas importantes. A todos nos pasan cosas buenas y no tan buenas, nadie está libre de las caídas, pero sé que todos debemos de impulsar el levantarnos. En mi caso muchas cosas que viví en el pasado son un cauce permanente para vivir el presente. En cuanto al futuro, tengo que decir que debemos vivir el presente como si fuera el futuro.
CJ: ¿Qué ha sido lo más difícil que ha tenido que superar a lo largo de su vida?
FMO: Lo más difícil que he tenido que superar han sido los miedos, “el qué dirán”, los temores a la hora de emprender algo. El miedo a fracasar es algo que creo que a todos nos afecta. Tratar de superarlo es trabajo de todos los días, aunque ahora lo tomo como reto y desafío. Creo firmemente que, si emprendo un proyecto y fracaso, lo vuelvo a intentar las veces que sea necesario, y si no lo logro le cambio de nombre y sigo haciéndolo, darme por vencido no está en el itinerario de mi vocabulario.
CJ: ¿Cómo cuántos libros tiene en su apartamento? ¿Cuáles son los temas que más le apasionan leer?
FMO: Alguien me dijo que, si era loco el ser un inmigrante y haber hecho una biblioteca. Yo le respondí que prefería regresar a mi Nicaragua cargado de una constelación de conocimientos que me han hecho un mejor ciudadano y tomar conciencia de muchas cosas que desconocía, a cruzar la frontera y seguir siendo aquel ciudadano conformista. No me he dado a la tarea de contar la cantidad de libros que tengo, pero considero que son más de dos mil. Otro compatriota me dijo que quizá era el único inmigrante del mundo que de dos libros que cargó en su maleta cuando migró a este país [Costa Rica], ahora tenga que regresar un día con una enorme biblioteca. Es lo mejor que me puede pasar.
Me gusta leer de todo, la lectura tiene que ser balanceada, más cuando se escribe de varios temas. Primero la poesía y la prosa ocupan un lugar muy importante en mi gusto por la lectura. Además, leo sobre política, historia, sociología, economía, biografías de diferentes personalidades, crónicas y muchos otros temas más. Soy un lector que se apasiona por leer de todos los temas.
CJ: ¿Puedes contarnos una anécdota que sea de motivación, desde su experiencia como inmigrante?
FMO: Son muchas las anécdotas. Pero cuando llegué a Costa Rica, en mi condición de inmigrante, la estaba viendo fea. El trabajo que tenía en mi país era de oficina, al llegar en condición de indocumentado no tenía posibilidades de trabajar en algo similar. Una persona me dijo que había trabajo en Guápiles y que de esa manera me podía ayudar. En las condiciones que estaba, no me quedaba otra opción que aceptar el trabajo de lo que fuera. Al llegar me dijo que el trabajo era de arrancar yuca, yo le contesté que sí. Aquello fue uno de los momentos más difíciles que he vivido acá, casi nadie aguantaba lo pesado del trabajo, algunos se drogaban para aguantar lo caliente del sol y el salario era de hambre. La verdad, la estaba pasando muy mal, me sentía al borde del abismo. Los nicas no le rebajamos a nada, nos gustan los retos y desafiar las dificultades. Le llamé a mamá y le conté lo que estaba pasando, quería algo de consuelo y que me diera fuerza para aguantar el sol. Cuando mi madre escuchó mis lamentos me dice: “ese no el Fabio que yo parí ni el que yo conozco”. Creo que, si ella no me hubiera dicho esas palabras, me regreso a mi país.
CJ: ¿Cuándo publicará su poemario “Huellas perpetuas de un inmigrante”? ¿Qué le inspiró a escribir este libro?
FMO: Mi libro de poemas Huellas perpetuas de un inmigrante ya está listo. Lo que pasa es que autopublicarse no es tan fácil y, tristemente, no hay financiamiento y las editoriales grandes ya tienen definido la lista de a quienes les publican. Para este año, Dios primero, con fe, y algo más, saldrá mi libro. Para mí este libro de poemas es muy importante. Acá están convertidos en poesía algunos hechos y sucesos que vivimos a diario los inmigrantes nicaragüenses en Costa Rica; hombres y mujeres con ganas de superarse. Sé que lo que me ha pasado a mí, también les pasa a otros, en fin, es una cadena que siempre estamos sujetos a vivir. Son pinceladas migratorias en vuelo infinito. Pero, sobre todo, este es un canto de aliento de amor por mi patria, de añoranza, nostalgia y de esperanza de un regreso triunfal. Este libro está inspirado en cada uno de mis compatriotas inmigrantes y todos aquellos que han dejado su patria.
CJ: ¿Cuántos libros inéditos tiene y sobre qué género literarios son?
FMO: Actualmente, tengo ocho libros inéditos, todos los días estoy escribiendo y cuando me doy cuenta se acumulan las páginas, y eso es hermoso. Cuatro libros de poesía y tres de narrativa, incluyendo una novela que he escrito sobre un poeta que, igual que yo, emigró y ha logrado escalar en las metas propuestas. Escribo de todo y me siento cómodo haciéndolo.
CJ: ¿Alguna vez por accidente ha eliminado por completo de la computadora algún poema, artículo o libro de su autoría?
FMO: Eso me ha pasado, ocurre que hoy por hoy tengo cuidado y, como cada accidente que me pasa, le encuentro una lección aprendida y la pongo en práctica. Han sido infinidades de veces cuando, en el momento justo de mi labor cumplida, por un dedazo elimino por error algo de mi laptop. En algunas ocasiones las he reconstruido, pero en otras, se me pierden.
CJ: ¿Qué significó para usted haber sido invitado a participar en la Antología del Bicentenario de Centroamérica (Ayame Editorial, 2021)?
FMO: Cuando usted me habló del proyecto, yo tuve mis dudas, como en todo. Y esto me gusta a mí, porque es un augurio que sería todo un éxito. Posteriormente, cuando me envió la invitación, fue para mí muy emotivo. Me di cuenta de inmediato de la magnitud del proyecto y que era una gran oportunidad para darse a conocer como poeta y escritor centroamericano. Me sentí halagado y hoy que puedo hojear la antología en formato físico, me doy cuenta de la monumental obra que usted (Carlos Jarquín) en complicidad con Ayame Editorial de México emprendieron, y así hacer un acto de unidad de Centro América, a través del arte en todas sus manifestaciones. Esta Antología del Bicentenario de Centroamérica será elogiada por muchos años.
CJ: ¿Qué representa para usted ser columnista de distintos periódicos importantes digitales e impresos, nacionales e internacionales?
FMO: Qué buena pregunta. Escribir para varios periódicos digitales e impresos, en diferentes países de América Latina, para mí ha sido una escuela, un aprendizaje que me ha hecho crecer de una manera impresionante. A propósito, me acuerdo de una conversación en la que usted me dijo “que no había que encasillarse solo en un género, que un escritor debe explorar todo lo que esté a su alcance”, y eso resultó positivo, fue entonces que le solicité que me ayudara a abrirme puertas en los periódicos que usted publicaba y así fue. Hoy estoy muy agradecido con su noble gesto. Escribir artículos de opinión representa un salto grande en mi carrera como aspirante a escritor y me ayuda a expresar mis ideas.
CJ: ¿Puedes compartirnos algunas frases de su autoría?
FMO:
- Conquistar la libertad de un país es responsabilidad de todos sus habitantes.
- Los inmigrantes nicaragüenses hacemos historia y dejamos huellas perpetuas más allá de las fronteras.
- Cuando un gobierno representa la genuina voluntad de los ciudadanos, hay una reacción de colaboración mutua que conlleva a resolver los problemas vigentes.
- Toda manifestación dictatorial es una aberración inconcebible de retroceso para una sociedad.
- Somos artífices de sueños compartidos en estas andanzas de exilio y otras latitudes.
- Un escritor debe ser capaz de escribir de cualquier tema, sino es así, algo le hace falta.
CJ: ¿Qué mensaje les compartes a tus lectores?
FMO: El gran escritor y premio Nobel de Literatura colombiano, Gabriel García Márquez, dijo en una ocasión que era más fácil alcanzar un venado que conquistar un lector. Yo valoro mucho, y de todo corazón, a una persona que se detiene por un momento y lee mis escritos que subo a Facebook, y de igual forma me da tanto gusto ver las reacciones y comentarios. Sacarle algo de su valioso tiempo al lector, es meritorio, eso es grande. Los que escribimos poesía debemos seguirlo haciendo, porque se ha hecho entender que este género está en estado de extinción. Otros dicen que la poesía no vende, en mi caso, yo no escribo para vender, lo hago por arte, otros cambian por otro género en búsqueda de mejores réditos económicos. A todos los que me leen y los que me leerán, les digo que es gratificante la lectura, cada poema que leemos nos hace diferentes, nos convierte y nos cambia los sentimientos. Estoy muy agradecido con todos cuando recibo un mensaje de que por un poema de mi autoría por primera vez se enamoró de su esposa después de veinte años de casados, eso es impresionante. Los que han reconquistado al amor de su vida con uno de mis poemas, me sugieren a seguir escribiendo. A aquellos lectores de mis poemas y mis artículos, estaré ahí con ustedes para que nos deleitemos con esto que se llama poesía.
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Gracias poeta Fabio, por tu tiempo y habernos compartido en síntesis tu trayectoria. Comparto un poema que Fabio me dedicó extraído de su libro “Huellas perpetuas de un inmigrante”, titulado Se han ido los poetas, en voz y edición de la periodista y locutora peruana Luciana Irigoin, a quien agradezco infinitamente por su grato gesto.
Nota por: Carlos Javier Jarquín.
Mejor conocido como El chico poeta, (Nicaragua, 1990). Es escritor, poeta, columnista, gestor y promotor cultural internacional. Coordinador genera de la Antología del Bicentenario de Centroamérica. Desde abril del 2016, sus artículos han sido publicados en más de 100 periódicos y revistas nacionales e internacionales. Jarquín escribe sobre diversos temas con mayor énfasis en lo cultural y literario; cultiva distintos géneros y subgéneros literarios y no literarios, tales como poesía, crónicas, artículos de opiniones, prólogos, reseñas y entrevistas. Sus artículos se publican en diversos periódicos y revistas del mundo tanto de forma digital como impresa.