El Presidente socialista Gabriel Boric derrumba no solo su imagen positiva dentro de los chilenos, derrumba y hunde la economía de Chile, uno de los países con mayor oportunidad económica en Latinoamérica.
La economía chilena cruza en estos momentos la inflación más alta de su historia democrática contemporánea. Los precios se proyectan a un aumento del 14% anual.
Desde junio de 1992 no se habían atravesado niveles altos de inflación como el que viven los chilenos hoy en día. La incertidumbre causada por la reforma constitucional que buscaba promulgar una constitución comunista impactó negativamente en la demanda del dinero.
Los precios minoristas alcanzados en la canasta IPC tuvieron un aumento promedio del 1.2% al termino del mes de agosto, superando la previsión de 1% que contemplaban los analistas.
El Instituto Nacional de Estadísticas de Chile aseveró que las divisiones en su totalidad aumentaron, entre ellos destacó el aumento al precio de los alimentos y bebidas no alcohólicas del 2%, las tarifas al transporte publico aumento un 1.6%.
El Banco Central de Chile, presidido por Rosanna Costa, determinó una nueva suba de la tasa de interés a corto plazo hasta el 10,75% nominal anual. La última vez en que el país registró un valor nominal tan elevado fue en agosto de 1998, en medio de la detención súbita de capitales hacia mercados emergentes.
Pero pese al aumento de las tasas de interés y a la moderación de la expansión monetaria primaria, el Gobierno de Boric amenaza la estabilidad de precios con medidas y anuncios contraproducentes.
La inflación en Chile está actualmente dirigida por una fuerte caída en la demanda de dinero. Este fenómeno queda en evidencia a partir de la relación entre todos los agregados monetarios en términos del PBI.
Tanto el circulante monetario, como la propia base monetaria y la oferta amplia de dinero en la economía (medida por los agregados M1 y M2) disminuyeron su proporción en relación al PBI en los primeros 7 meses del año.
La reforma constitucional constituye el principal factor por el cual se desata una fuerte incertidumbre económica y la caída en la demanda de pesos. Las reformas extremistas propuestas por Gabriel Boric, entre ellas la anulación del sistema de capitalización individual en el país (y con ello el mercado de capitales local) y la falta de seguridad jurídica para la inversión privada en servicios públicos, generaron un tenso clima de desconfianza.
“Desde el punto de vista de la economía, la experiencia pasada nos enseña que todos estos procesos conllevan un grado de incertidumbre que, si no logran ser atenuados, puede afectar negativamente la inflación, el crecimiento y la estabilidad de los mercados financieros”, explicó Rosanna Costa.