La Corte Suprema de Texas emitió un polémico fallo justo antes del fin de año contra un ciudadano que está haciendo todo lo posible por evitar que su ex esposa lleve a su hijo James (9 años) a California para someterle una castración química y transicionar de género.
Se trata de Jeff Younger, un veterano y dueño de una pequeña empresa en el estado sureño, quien ha ganado fama en los últimos años por la batalla judicial que ha lanzado contra su ex esposa para evitar que se lleve a sus dos hijos afuera del estado, y obligue a uno de ellos a atravesar una cirugía de cambio de género.
Younger está hace aproximadamente dos años dando esta batalla, y en 2022 fue candidato a legislador estatal por el Partido Republicano, con una agenda centrada en cambiar la ley de derechos parentales en Texas para que estos casos como el suyo no vuelvan a ocurrir. Si bien no ganó la elección, puso el tema en agenda y su rival republicano, quien ganó la nominación y luego la banca, prometió impulsar el mismo cambio en la legislación.
Pero esta batalla judicial tuvo un revés la semana pasada, cuando la Suprema Corte de Texas falló en contra de Younger y permitirá a su ex mujer, que ni siquiera es la madre biológica de los hijos, llevárselos a California.
Si bien en Texas son ilegales las cirugías de cambio de género, en el momento que la mujer entre en California, podrá legalmente someter a su hijo de 9 años a bloqueadores de pubertad y a la castración química.
A través de su cuenta de Twitter, Younger aclaró que la decisión judicial eliminó sus derechos paternales por sobre sus hijos James y Jude, y los pone de facto bajo la custodia de Anne Georgulas, la ex-esposa de Younger, quien no podía tener hijos y tuvo a los gemelos por surrogación. Biológicamente, los niños son hijos de Jeff y de una madre anónima, no de ella.
Según testificó Younger, Georgulas insiste en llamar a James como “Luna”, lo viste como mujer, lo obliga a referirse a sí mismo como mujer y alienta su cambio de género desde los 6 años. La discusión en los tribunales ha sido brutal.
La madre asegura que el niño le dijo que quiere ser identificado como mujer y que le gusta ponerse vestidos rosas, pero el padre cuenta que cuando está con él no muestra ningún interés por el sexo femenino y que muchas veces le ha pedido que le saque el vestido y le ponga ropa masculina.
La ley en Texas como está escrita al día de hoy, solo puede frenar a una madre de llevarse a los hijos a otro estado sin el consentimiento del padre por un tiempo determinado, si se demuestra que lo hace para “abusar o corromper” a los niños.
Younger argumentó en el caso que su ex esposa utilizaría la reciente firmada ley SB 107 del estado de California que garantiza los tratamientos de cambio de sexo en menores de edad sin el concentimiento de los padres, y esto constata como “abuso y corrupción de menores“.
La ley fue firmada el 29 de septiembre del año pasado por el gobernador de California, Gavin Newsom, y permite al estado convertirse en un “santuario” para la repudiable práctica de castrar niños y la administración de bloqueadores hormonales, los cuales están demostrados que restringen el desarrollo normal del cuerpo del niño y no son reversibles.
Otra práctica que posibilita la Senate Bill 107 es la de mutilar los genitales del niño a modo de concretar el cambio de sexo en el menor, una atrocidad que se ha visto en los últimos tiempos en una vasta dimensión en California y otros estados demócratas.
Los republicanos en Texas están furiosos con la decisión de la Corte Suprema del estado, una corte compuesta por 9 jueces, todos conservadores nominados por gobernadores republicanos. De los nueve, solo el juez John Philip Devine se pronunció a favor del pedido del padre, mientras que los restantes ocho fallaron en contra de Younger.
La discusión se puso muy técnica, y la Corte Suprema pidió que Younger demuestre que la castración de su hijo podría calificar como “abuso y corrupción de menores”. El padre presentó una opinión firmada por el Comisionado de la Familia de Texas, Jaime Masters, y el Fiscal General de Texas, Ken Paxton, quienes argumentaron que los medicamentos y tratamientos que habilita a usar la ley californiana “claramente” implica la corrupción de menores, pero los jueces supremos no se vieron convencidos.
Los jueces interrogaron a Jeff Younger, preguntándole por varios detalles de la ley de California, intentando que diga algo incorrecto acerca de cuestiones meramente técnicas y así poder desechar su caso. A pesar de que explicó con claridad el peligro que el viaje a California supone para su hijo, los jueces decidieron dar un dictamen negativo.
Previo a este juicio, Younger tuvo que luchar en la justicia por la custodia compartida de su hijo, ya que en un primer momento la mujer había logrado que le otorguen la custodia completa dado que el padre “abusaba psicológicamente” del niño al “no reconocer” su género preferido.
Afortunadamente el juez finalmente anuló la decisión tomada, y otorgó la custodia compartida, aunque obligó a Younger a ir a un psicólogo y pagar por el tratamiento psicológico del niño.
A Younger le quedan dos opciones. Primero puede apelar la decisión y elevar el caso a la Corte Suprema de la Nación, donde se espera que los 6 jueces republicanos, varios de los cuales fueron puestos por Trump, voten a favor suyo. Sin embargo, este proceso será largo y la ex mujer podría intentar viajar a California mientras tanto.
Por otro lado, la nueva composición de la Legislatura texana asume el próximo 10 de enero, y esta vez con una mayor cantidad de republicanos conservadores de derecha que apoyan la causa de Younger. Si bien el año pasado, la Cámara de Representantes de Texas no logró pasar una ley que claramente identifique la castración química como “corrupción de menores”, quedando a pocos votos de lograrlo, es posible que en una votación ahora la ley pase fácilmente.
La historia clínica del pediatra del niño fue presentada en la justicia por pedido de Jeff Younger, y se revelaron conversaciones entre su ex mujer y la doctora Jennifer Pape, donde la madre no biológica del niño le insiste que le recete bloqueadores hormonales al niño.
El Colegio de Pediatras de Estados Unidos ha asegurado que las consecuencias de los medicamentos y tratamientos de cambio de sexo en un niño pueden resultar en condiciones médicas crónicas de por vida, como complicaciones cardíacas, infertilidad e incluso a la muerte.
Además, más recientemente se han identificado que los bloqueadores de las hormonas de la pubertad pueden acarrear condiciones como osteoporosis, alteraciones del ánimo (desorden bipolar, histeria, ciclotimia), convulsiones y trastornos cognitivos.
También, han identificado en los tratamientos de hormonas cruzadas, condiciones periódicas y fatales como lo son un mayor riesgo de ataques cardíacos, miocarditis, arritmias, pericarditis, cancer, diabetes, accidentes cerebro-vasculares (ACV’s) y trombosis, entre otras.