La segunda semana de mayo fue testigo de un escenario político tumultuoso en Guatemala, donde el presidente Bernardo Arévalo y los diputados del partido Movimiento Semilla se vieron enfrentados a dos importantes desafíos.
En primer lugar, el intento del presidente Arévalo de impulsar una reforma a la ley orgánica del Ministerio Público (MP) para evaluar y remover a Consuelo Porras se encontró con obstáculos en el Congreso. La propuesta no logró obtener los 107 votos necesarios para ser conocida de Urgencia Nacional, dejando a los diputados de Semilla sin los consensos necesarios para avanzar en la iniciativa.
Por otro lado, la decisión del gobierno de votar a favor de Palestina en la ONU generó fuertes críticas por parte de distintas bancadas y partidos políticos. Tanto el bloque legislativo Visión con Valores (VIVA) como el Partido Unionionista expresaron su rechazo a esta acción, argumentando que no representa el sentir de muchos guatemaltecos y que contradice los principios y valores fundamentales del país.
Estos acontecimientos reflejan las divisiones políticas y los desafíos que enfrenta el presidente Arévalo y su administración en un momento de creciente tensión y controversia en el ámbito nacional e internacional.