Xavi Hernández ha abierto fuego. El entrenador del FC Barcelona, cuyo despido se ha filtrado, pero todavía no se ha producido, no perdonó el último año de contrato en un paripé que acabó con su continuidad en el mes de abril. Ahora se siente en una situación límite en su cargo y en el mercado de fichajes. Hay diversos futbolistas en la plantilla que él no había pedido y, sin embargo, la dirección deportiva encabezada por Deco (exagente y extrabajador de Jorge Mendes) le trajo: Joao Félix y Vitor Roque.
El técnico catalán decidió utilizar la precaria situación del delantero brasileño como arma arrojadiza contra Deco en rueda de prensa. «La intención no era que viniese en enero. Así lo planificamos. Que no viniera ahora, pero se lesionaron Gavi y Balde y teníamos la opción de incorporarlo para que conociera el club, compitiese y se fuera formando. No hay debate. Está en formación, hay futbolistas por delante y por eso juega menos. Esto ha pasado toda la vida», explicó el entrenador.
Eso sí, cuando le preguntaron en octubre pasado, la versión que dio el excentrocampista fue radicalmente distinta. «He hablado con Vitor Roque. Hay buena sintonía, creo que es un futbolista muy preparado, muy maduro, fuerte mentalmente y ojalá pueda llegar en enero». ¿Qué ha pasado aquí? Sencillo, Xavi quería un pivote después de que Oriol Romeu no funcionara como él esperaba, pero llegó un delantero.
Ahora, el entrenador azulgrana considera que no hay debate alrededor de un fichaje que puede llegar hasta los 74 millones de euros, no ha jugado en la Champions League y ha disputado tan solamente 327 minutos desde enero. El entrenador se excusa en que «hay futbolistas por delante», cuando el único delantero centro que tiene el Barça es Robert Lewandowski y su propio argumento se derrumba al comprobar cómo Pau Cubarsí juega por delante de Iñigo Martínez, Christensen o Koundé en el eje de la zaga a pesar de tener 17 años por los 19 de Roque.
No obstante, las suplencias habituales del tanque brasileño no fueron el único dardo que lanzó el catalán. «El aficionado barcelonista debe entender que la situación es muy complicada para competir económicamente. No tiene nada que ver con la que teníamos hace 25 años. El entrenador venía y decía: ‘Quiero a este, este y este’. Ya no funciona así. Yo lo entiendo y así nos vamos a ajustar a ello. Eso no significa que no vayamos a competir. Necesitamos estabilidad y tiempo».
El discurso de Xavi Hernández, basado en convencer al aficionado, periodista y directivo de que el equipo está «en construcción» no coincide con los más de 300 millones de euros invertidos para incorporar hasta 18 jugadores distintos. Prácticamente una plantilla entera si sumamos a Cubarsí, Lamine Yamal y Fermín López como jugadores del primer equipo azulgrana. Tampoco con el círculo virtuoso de Laporta y la necesidad del presidente de vender ilusión. Las palabras del técnico enfurecen a Deco, uno de los grandes partidarios de cercenar la cabeza del entrenador azulgrana.
Cabe recordar que, a principios de esta temporada, Xavi Hernández renovó hasta 2025 y no quiso vincular su destino al de Joan Laporta, cuyo mandato terminará en 2026 si no se produce una moción de censura. Una acción que se barrunta en los mentideros de la Ciudad Condal desde hace meses y que incluso el excandidato Víctor Font sacó a la palestra «si se cruzan líneas rojas». Del mismo modo, Xavi tampoco era el elegido por Laporta en un primer momento, quien siempre ha soñado con traer de regreso a Pep Guardiola.
A pesar de haber ganado la pasada Liga, la relación entre el presidente y el entrenador se ha deteriorado con el paso del tiempo, especialmente por las fricciones en el mercado de fichajes y en los despachos del Camp Nou. El adiós de Jordi Cruyff (y de Mateu Alemany) el pasado verano para que Deco se convirtiese en el nuevo director deportivo de la entidad sin ningún tipo de experiencia previa hizo que Xavi perdiera su mayor valedor en la directiva de Laporta y quedara muy tocado.
Sin dinero para pagarle el finiquito a Xavi ni intención del técnico de irse por voluntad propia, a pesar de afirmar que así sería si no ganaba un título, el verano en Barcelona va a ser de alto voltaje. La directiva del Barça ya ha afirmado que esta temporada se producirán ventas dolorosas para tratar de llegar a la regla 1/1 del fair play financiero de LaLiga, pero el técnico quiere conservar, entre otros, a Ronald Araújo y Frenkie de Jong.