El 23 de junio de 1956, los restos de la distinguida educadora guatemalteca, María Chinchilla, fueron solemnemente exhumados para ser trasladados al nuevo Panteón del Maestro en el Cementerio General. Este acto histórico no solo honró su legado, sino que también subrayó su papel fundamental en la transformación educativa del país.
María Chinchilla nació el 10 de diciembre de 1910 en la ciudad de Guatemala y se destacó por su dedicación pionera a la educación femenina. Fundadora de la primera escuela para niñas en Guatemala en 1829, la «Escuela de Primeras Letras para Señoritas», Chinchilla desafió las normas sociales de su época al promover activamente la idea de que las mujeres merecían acceso a una educación formal.
Su incansable labor y compromiso con la educación femenina no solo beneficiaron a sus estudiantes directamente, sino que también sentaron las bases para una sociedad más inclusiva y equitativa en Guatemala. A través de su trabajo, María Chinchilla se convirtió en un faro de esperanza y progreso para muchas generaciones de mujeres guatemaltecas.
El Panteón del Maestro, donde ahora descansan sus restos, simboliza no solo el reconocimiento oficial a su legado, sino también un lugar de inspiración para futuras generaciones de educadores. Este espacio histórico honra a aquellos cuya dedicación y sacrificio han contribuido significativamente al avance de la educación en Guatemala.
María Chinchilla continúa siendo recordada como una figura visionaria y fundamental en la historia educativa de Guatemala, recordándonos que el acceso a la educación es un derecho fundamental que debe ser garantizado para todos, sin importar el género.