De acuerdo con un reciente informe, el gobierno de Estados Unidos ha enviado sin querer al menos 239 millones de dólares a los talibanes en concepto de «ayuda para el desarrollo» desde 2021.
Este error ocurrió porque el Departamento de Estado no realizó una revisión exhaustiva de los beneficiarios de las subvenciones.
Menos de un año después de que se descubriera que los talibanes habían creado organizaciones sin fines de lucro ficticias para desviar millones de dólares de ayuda estadounidense hacia Afganistán, una nueva investigación del Inspector General Especial para la Reconstrucción de Afganistán (SIGAR) revela que el grupo terrorista ha recibido cientos de millones de dólares en asistencia para el desarrollo debido a una investigación inadecuada por parte del Departamento de Estado.
Desde la retirada militar estadounidense en 2021, es probable que al menos 239 millones de dólares hayan terminado en manos de los talibanes.
Las divisiones del Departamento de Estado, conocidas como Democracia, Derechos Humanos y Trabajo (DRL) y Asuntos Internacionales de Narcóticos y Aplicación de la Ley (INL), desembolsaron los fondos para ejecutar proyectos de desarrollo destinados a apoyar la política exterior estadounidense y los objetivos de seguridad nacional en Afganistán.
Los investigadores encontraron que el Departamento de Estado no cumplió con sus propios requisitos para investigar a los socios antiterroristas antes de conceder al menos 29 subsidios a diversas entidades locales.
La agencia cuenta con un sistema para identificar si los posibles beneficiarios tienen un historial de prácticas comerciales éticas y debe realizar evaluaciones de riesgo para determinar si los fondos de programación podrían beneficiar a terroristas o a sus afiliados antes de distribuir los dólares de los contribuyentes estadounidenses. Sin embargo, en más de dos docenas de casos revisados, la agencia omitió estos procedimientos y no mantuvo registros adecuados.
“Debido a que el DRL y el INL no pudieron demostrar que cumplían con los requisitos de verificación de antecedentes de los socios del Estado, existe un mayor riesgo de que individuos y entidades vinculadas al terrorismo hayan podido beneficiarse ilegalmente del gasto estatal en Afganistán”, afirma el informe del SIGAR.
“Mientras el Estado continúa destinando fondos de los contribuyentes estadounidenses a programas para beneficiar al pueblo afgano, es crucial que el Estado identifique quién se está beneficiando realmente de esta asistencia para evitar que la ayuda llegue a los talibanes u otras entidades sancionadas, y para permitir que los responsables de las políticas y otras autoridades de supervisión evalúen mejor los riesgos asociados con el gasto estatal”.
El organismo de control identificó problemas con 29 premios distribuidos por el DRL y el INL. Por ejemplo, el DRL no revisó adecuadamente a los destinatarios de siete premios, por un total de aproximadamente 12 millones de dólares. El INL no proporcionó documentación de respaldo para 19 de sus 22 premios, que suman alrededor de 295 millones de dólares, lo que impide verificar si se cumplieron los requisitos de investigación.
El Departamento de Estado reconoció que no todas sus oficinas han cumplido con los requisitos de retención de documentos, lo que complica la evaluación de la magnitud de sus faltas. El INL citó “la rotación de personal y la disolución de la oficina de Afganistán y Pakistán” como razones para la falta de registros.
Tras la toma de poder de Afganistán por los talibanes en agosto de 2021, el SIGAR subrayó la importancia de que las actividades del gobierno estadounidense se ajusten a las leyes, regulaciones y políticas diseñadas para prevenir transacciones con terroristas.
Además de crear organizaciones no gubernamentales (ONG) fraudulentas para desviar grandes sumas de los 3.000 millones de dólares en ayuda humanitaria proporcionada por Estados Unidos desde la desastrosa retirada militar de la administración de Biden, los talibanes también han acumulado millones cobrando impuestos, tasas por permisos y aranceles de importación. Este dinero ha circulado a través de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), un brazo del Departamento de Estado conocido por su corrupción, que recibió 63.100 millones de dólares para asistencia extranjera y compromiso diplomático este año. Asimismo, la Agencia de Estados Unidos para los Medios Globales (USAGM), el servicio de radiodifusión internacional del gobierno, también desembolsó fondos.
Según una auditoría federal, las Naciones Unidas han recibido 1.600 millones de dólares en fondos estadounidenses para Afganistán, y una parte significativa de ese dinero probablemente haya terminado en manos de los talibanes. El gobierno estadounidense no exige a la ONU que informe sobre los impuestos, tasas o derechos aplicados a los fondos estadounidenses destinados a actividades en Afganistán, lo que dificulta aún más la rendición de cuentas.
