Donald Trump echará a todos los militares transgénero del ejército de Estados Unidos. Además, al igual que en su primer gobierno, prohibirá a las personas transgénero ingresar al ejército.
El presidente electo Donald Trump estaría preparando una orden ejecutiva para echar a todos los militares transgénero del ejército estadounidense, según fuentes relacionadas con el sector de defensa consultadas por el medio The Times.
Se prevé que esta medida podría ser firmada el primer día de su regreso a la Casa Blanca, el 20 de enero. Actualmente, se estima que alrededor de 15.000 miembros del personal militar en servicio activo se identifican como «transgénero». Estos serían dados de baja bajo justificaciones médicas, alegando incapacidad para servir. Además, la medida incluiría una prohibición para que personas transgénero ingresen al ejército.
Donald Trump, en varias ocasiones, criticó las aberrantes prácticas «woke» en las fuerzas armadas, argumentando que algunos altos mandos priorizan temas como la «diversidad» y la «inclusión» sobre la preparación para el combate.
Esta nueva prohibición tendría un alcance más amplio que la orden emitida durante su primera administración, cuando se restringió el ingreso de personas transgénero, pero se permitió que aquellos ya enlistados continuaran en sus funciones.
Aunque el presidente demócrata Joe Biden derogó esa normativa, la nueva orden de Trump incluiría la expulsión de quienes llevan décadas de servicio, según informan varias fuentes.
De acuerdo con el Pentágono, las restricciones de privacidad dificultan cuantificar con precisión cuántos militares transgénero están en servicio activo. Sin embargo, en 2021, aproximadamente 2.200 miembros habían sido diagnosticados con disforia de género, tras la suspensión de la primera prohibición de Trump. Actualmente, las fuerzas armadas estadounidenses cuentan con alrededor de 1,3 millones de efectivos activos.
Donald Trump designó al veterano de guerra Pete Hegseth como su secretario de Defensa. Hegseth, presentador de Fox News y ex oficial de la Guardia Nacional de Estados Unidos, fue un crítico frecuente del liderazgo militar estadounidense, al que calificó como «woke» y «afeminado». En un libro reciente, afirmó que «el próximo comandante en jefe deberá hacer una limpieza profunda».
Asimismo, argumentó que darle atención médica gratuita, como las «operaciones de cambio de sexo», al personal transgénero es un gasto innecesario que el Pentágono no debería asumir, calificando estas medidas como un ejemplo de «locura trans» por enfocarse en cuestiones que afectan a una minoría dentro del ejército.